Está nuevamente a debate la Constitución de la Ciudad de México.
No es para menos, pues la trascendencia de lo recientemente aprobado por la Asamblea Constituyente no sólo radica en ser la primera en su tipo derivada de la transformación de la capital del país al dejar de ser un distrito federal y pasar a ser una entidad más con un nuevo régimen jurídico mucho más cercano a los estados.
Tan importante como lo anterior es su contenido. Contiene un amplio capítulo de derechos humanos, establece cambios fundamentales en los poderes Judicial, Legislativo y Ejecutivo e incluye el nuevo régimen de las alcaldías, entre muchos otros temas.
Una vez publicada, comenzó la etapa para las impugnaciones, cuya resolución está a cargo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que justamente este pasado lunes las comenzó a analizar.
En definitiva, una parte de los ataques legales no sólo fueron eso, sino también políticos. Tal vez el recurso legal más claramente orientado en ese sentido fue el de la PGR, que lo mismo impugnó el procedimiento legislativo seguido que la validez de la consulta a pueblos indígenas y la Carta de Derechos completa.
No obstante, el análisis obligado de la Corte tendrá en definitiva una consecuencia positiva para la Ciudad y su Constitución. Una vez resuelto todo, no solo quedará claro lo que normativamente nos regirá, sino también las razones por las que las decisiones que tomamos los diputados constituyentes estuvieron apegadas a la Constitución federal o no, sin que en este último caso implique una descalificación hacia el órgano.
La riqueza del debate ya ha empezado a darse. En lo que va de éste, se ha establecido que no era necesario un referéndum para su aprobación, que se realizó de forma adecuada la consulta a pueblos indígenas a que obligaba la normatividad internacional, al igual que aquella a personas con discapacidad y que el proceso legislativo fue el correcto, cuestiones que de haber prosperado podrían haber invalidado la Constitución en su totalidad. Una vez más “Habemus Constitución”, diría el ex presidente de la Asamblea Constituyente, Alejandro Encinas. El máximo tribunal también ya sentó un importante precedente nacional al ratificar la conformación del futuro Congreso Local, que será de 33 diputados de mayoría y 33 de representación proporcional, cuestión novedosa en el país que permitirá reflejar mejor el voto ciudadano en el legislativo y que recalca la total libertad de los congresos estatales para determinar su configuración.
Hasta hoy, el documento va sin afectaciones. Mañana y en los siguientes días seguirán los debates hasta desahogar las impugnaciones en el tema electoral, para continuar con el desahogo de los temas, en una larga discusión que, así como el documento analizado, también será histórica.
*Constituyente CDMX