Casi un mes después de la tragedia en el Paso Exprés, ayer se presentó, tarde –como todo lo que rodea a la obra-, el peritaje que apunta fallas, señala culpas y reparte responsabilidades. Al fin hay una investigación seria e independiente, avalada por expertos en hidráulica, geotecnia y estructuras del Colegio de Ingenieros Civiles de México, del Instituto de Ingeniería de la UNAM y del Colegio de Ingenieros Civiles de Morelos.
Ayer mismo la Secretaría de Comunicaciones y Transportes salió a fijar su postura después del peritaje. Muerto el niño, a tapar el pozo: anunciaron cinco acciones para mejorar la seguridad en las carreteras del país y sanciones a empresas que incumplan. Ni la burla, caray. Del peritaje, nada. Se lavaron las manos y echaron la bolita a la Secretaría de la Función Pública. Que ellos investiguen, que ellos sancionen, dijeron.
El peritaje es un escándalo. Lo es por el grado de omisión (¿y corrupción?) directa que tendrían todos los implicados, de la SCT al gobierno de Morelos –que esconde la cabeza-, pasando por las empresas encargadas de la construcción y supervisión. Todos están salpicados, aunque busquen evadir su culpa y echarse la bolita.
El documento no les pone nombre y apellido porque ese no era el objetivo, pero sí desnuda las causas del socavón. Con eso basta para saber quiénes son los responsables y qué tramos de culpa tienen en la tragedia que dejó dos muertos. Las razones del socavón son siete:
-No hay un sistema de drenaje apropiado para las aguas negras.
-No se realizó una limpieza de basura en la alcantarilla antes de la temporada de lluvias.
-No existe evidencia de que se hayan verificado las fallas en el alcantarillado.
-Hubo una deficiente estructuración en los muros de contención.
-El deterioro del tubo de la alcantarilla pudo deberse al peso de la estructura de la vía y la falta de resistencia.
-La grieta en la tubería pudo ser causada por un alud durante las obras o al uso de maquinaria pesada.
-La tubería pudo haberse fracturado debido a una obstrucción que generó que el agua saliera por las grietas del alcantarillado.
Todas las causas pudieron evitarse. Todas. Ganó la ineptitud, ¿o la corrupción?
Ayer, en Mesa Para Todos, de MVS radio y Presumiendo MX platicamos con Humberto Marengo Mogollón, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM y perito del Paso Exprés. “Quien tuvo la responsabilidad de dictaminar el estado de la tubería y cambiarla, modificarla o no, tuvo una equivocación porque de haberlo cambiado le aseguro que no estaríamos ahorita hablando del socavón (ni de dos muertos)”, nos dijo.
El drenaje, el taponamiento del mismo y la falta de infraestructura en ese tramo del Paso Exprés, que provocaron la muerte de dos personas, son responsabilidad directa de la SCT, el gobierno de Morelos y las empresas Epccor, Aldesa y SACC ingeniería. Y dentro de esas entidades hay, a su vez, responsables. Y responsables de los responsables. El secretario Gerardo Ruiz Esparza y el gobernador Graco Ramírez, no pueden solo sacrificar a segundones por sus errores. Ellos inauguraron la obra. Ellos la validaron. Son responsables. Aunque se escondan.
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