El pasado 6 de junio se cumplieron 23 años de que fue decretada como reserva ecológica la zona Yum Balam, una extensión de 154 mil hectáreas a la que pertenece la Isla de Holbox.
Sin embargo, este paraíso carece de un plan de manejo sustentable lo que ha derivado en un conflicto que crece entre ejidatarios, comuneros, protectores del medio ambiente, políticos y empresarios.
La solución está en manos de la Secretaría del Medio Ambiente federal, que encabeza Rafael Pacchiano, porque es la responsable de publicar el documento con las reglas para la protección y explotación de una de las zonas más ricas en recursos naturales de Quintana Roo.
Pero ya pasaron 23 años y prevalece un conflicto socioambiental que mantiene en vilo a los 25 mil habitantes del municipio de Lázaro Cárdenas, cuya extensión en litigio equivale a siete veces el territorio de la delegación Milpa Alta, la más grande de la CDMX.
La historia de este entramado data del 6 de junio de 1994, fecha en la que el entonces presidente Carlos Salinas publicó el decreto que declara como área natural protegida los ecosistemas de Yum Balam, que en maya significa "Señor Jaguar".
Desde entonces se ordenó a instancias de los tres niveles de gobierno, ponerse de acuerdo sobre el tan llevado y traído Plan de Manejo, pero intereses locales y externos han impedido se concrete, tanto que hasta el Senado y la Cámara de Diputados intervinieron sin éxito.
Gran parte de la agenda del conflicto se ha centrado en la denominada “isla chica” en la ínsula de Holbox, que destaca como uno los puntos de mayor interés para el turismo nacional e internacional.
El litigio por la propiedad y tenencia de la tierra entre 2012 y 2014, en la isla, acaparó miradas de organizaciones civiles cuyo trabajo se relaciona más con la preservación y protección de los recursos naturales que con el desarrollo sustentable.
Esa agenda terminó por dejar fuera de foco el área de Yum Balam que comprende más allá de la isla y se extiende por todo el municipio de Lázaro Cárdenas y colinda por mar con Isla Mujeres.
Justo en Lázaro Cárdenas es donde se concentran los mayores problemas por la falta de desarrollo sustentable y marginación que contrastan, en atención, con la que recibe Holbox.
La narrativa de las organizaciones ha desdibujado la presencia del resto de las comunidades del municipio y soslaya la posibilidad de desarrollo en la zona, así como la búsqueda de alternativas sustentables para mejorar sus condiciones.
Lo que debería convertirse en un elemento de ayuda podría convertirse en su principal problema. Y la búsqueda de una protección a toda costa de los recursos naturales, sin planeación, es lo que ha obstaculizado proyectos de desarrollo.
El perjuicio es evidente y tiene un destinatario final: la población de la zona que, irónicamente, se ve tan amenazada como los mismos recursos naturales.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “El uso apropiado de la ciencia no es conquistar la naturaleza, sino vivir en ella.”
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