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Carlos Gelista: Alianza en la CDMX

OPINIÓN

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En una contienda electoral como la que se avecina en 2018, es falso que haya algo escrito. El nivel de aceptación del Presidente es inusualmente bajo, por lo que su partido corre un serio riesgo de perder; AMLO llega por tercera vez como puntero en las encuestas, aunque su imagen se debate entre el desgaste y la esperanza de que la tercera sea la vencida. Por su parte, el PAN parece tener amplias posibilidades, pero primero debe resolver entre una amplia baraja sin que la contienda interna lo divida y el PRD parece desdibujado, salvo que Mancera dé el campanazo o que determine aliarse con el PAN, como es la intención de un sector de ese partido y de no pocos panistas. Y es justamente el de las alianzas, un escenario que agrega aun más incertidumbre a la contienda, pues la forma como el electorado la reciba depende mucho de la manera como se procese y que tenga un sustento mucho mayor al simple rechazo al triunfo del PRI o de Morena. Para el caso de la Ciudad de México, se puede presentar una situación similar. Es indiscutible que es uno de los bastiones de Morena y que en los dos procesos anteriores el PRD ha mostrado un debilitamiento significativo, al grado que no sólo está en riesgo de perder el gobierno de la Ciudad sino de quedar en tercer lugar por debajo del PAN, como muestran algunas encuestas recientes.
Ante ambos escenarios, está también sobre la mesa la posibilidad de una alianza electoral local que tendría características muy distintas a la federal o a algunas otras que se han dado en varios estados. La nacional sería una alianza opositora, lo que en el caso de la CDMX no, pues el PRD ha sido gobierno durante los últimos 20 años y el PAN su más claro opositor. Eso también es lo que principalmente diferenciaría esta alianza: en todos los estados donde se han dado estas uniones electorales, el PRI era el partido gobernante. Esta situación colocaría a Acción Nacional en una posición incómoda, pues de criticar al gobierno y sus personajes, ahora podría pasar a apoyar, incluso, a uno de ellos para ser el siguiente Jefe de Gobierno. Además, siendo la capital del país, la alianza sería indudablemente punto de referencia nacional y sus opositores seguramente dedicarán sus esfuerzos a destacar las diferencias ideológicas de la supuesta mezcla del agua y el aceite, que bajo esa lógica es imposible. Para que esto suceda exitosamente y el electorado pueda procesar la decisión, la alianza no sólo debe comprender la postulación común de las y los candidatos, sino que debe haber un trabajo previo muy puntual sobre la agenda y las propuestas de gobierno de las fuerzas que se vayan a juntar, en el que ambos partidos decidan qué harían con sus diferencias ideológicas y así hacer verdaderamente viable una mejor opción que la izquierda populista y demagoga que ofrece Morena.
  *Constituyente CDMX