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Trump y Rusia: ¿que tan grande es el escándalo?

OPINIÓN

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El escándalo sobre la presunta intervención rusa en las elecciones estadounidenses parece haber alcanzado su punto máximo con revelaciones sobre las interacciones de Donald Trump (hijo) con potenciales informantes rusos con información negativa sobre la candidata presidencial demócrata Hillary Rodham Clinton. Para algunos puede ser la prueba irrefutable de que la campaña Trump estaba al menos ansiosa de obtener y utilizar la posiblemente dañina información. De acuerdo con el correo de Rob Goldstone, descrito como un publicista en temas musicales y conocido de Trump joven, su contacto deseaba ofrecer información sobre la demócrata "como parte del apoyo al señor Trump de parte de Rusia y su gobierno". El contacto, la abogada Natalia Veselnitskaya, habría sido recomendada por Emin Aglarov, un cantante popular ruso hijo de un multimillonario ruso ligado con el Kremlin. En qué medida la nueva información tenga un impacto de cualesquier tipo sobre la presidencia estadounidense está por verse. De entrada parecería haber desviado hacia Trump hijo las indagaciones en torno al candidato y ahora presidente Trump. Para algunos, como la publicación electrónica "Politico.com", Trump Jr. habría justamente dado a (el fiscal especial) Robert Mueller la evidencia irrefutable de que la campaña presidencial de su padre se coludió con el gobierno ruso para ganar la elección de 2016, de acuerdo con veteranos fiscales y abogados experimentados en escándalos de Washington". La pieza principal en este caso estaría más que en Trump hijo en sus acompañantes al encuentro, Jared Kushner y Paul Manafort, respectivamente yerno y jefe de campaña del ahora Presidente. Manafort renunció poco después, por razones otras que los contactos con Rusia, pero Kushner es ahora uno de los principales consejeros del presidente Trump. Pero hasta ahora los seguidores del Presidente son literalmente ciegos en su lealtad al mandatario. Para elegirlo, decidieron ignorar que era mujeriego, vulgar, tramposo y mentiroso, que evadió el servicio militar y evitó divulgar su declaración de impuestos. Esas fueron acusaciones condenatorias contra presidentes demócratas. Esos mismos defectos fueron olvidados ante el carisma y la retórica conservadora de Trump padre. Y esa es probablemente la apuesta de la Casa Blanca. El 90% de los republicanos tiene más fe en el gobernante que en los demócratas y los medios de información. Ese porcentaje se transforma más o menos en el alrededor de 40% del electorado que apoya a Trump actualmente. A reserva de sorpresas, eso prácticamente concede a Trump un blindaje frente a cualesquier impugnación que pudieran emprender los demócratas. Algunos legisladores republicanos han expresado preocupación o evitado pronunciarse, pero cuál vaya a ser el impacto político en el gobierno Trump está por verse.   Columna anterior: De Ciencia-Ficción y políticas