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Canal de Panamá es un reto particular

Panamá ha reafirmado al OMI su objetivo de lograr que el Canal de Panamá sea una ruta “verde”

OPINIÓN

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Uno de los retos ambientales importantes para Centroamérica y el Caribe es el cómo lograr un esquema de comercio regional que sea verde y justo. En ese campo, el cruce interoceánico a través del Canal de Panamá representa un reto particular. Panamá ha reafirmado ante el Comité de Protección del Medio Marino de la Organización Marítima internacional (OMI), su objetivo de lograr que el Canal de Panamá sea una ruta “verde” y eficiente para la industria naviera, algo que es muy buena noticia para los modelos de gobernanza ambiental en Centroamérica y el resto del mundo. La reafirmación del compromiso panameño coincide con el aumento de la contaminación de los mares y las costas, realidad que se contrapone a la idea de un comercio global verde que afecta a las comunidades marítimas y costeras. Particularmente, cuando se trata de una vía por la que pasa cerca del seis por ciento (6%) del comercio mundial, según reporta la Administración del Canal de Panamá. La actividad de los buques y las comunidades marítimas es clave para la vida económica y social de millones de personas. Con la reciente ampliación del Canal de Panamá se triplica la capacidad de los barcos que navegaban por esa ruta desde 1914 y con ello la posibilidad de que Centroamérica quede mejor colocada y fortalecida en los acuerdos para fortalecer la sustentabilidad regional. Con el anuncio del compromiso ambiental se responde con más fuerza ante el problema del calentamiento global, porque se avanza en la intención de crear esquemas de gobernanza costera diferentes para el manejo de una ruta global vital para el comercio y el transporte mundiales que pasa por la vía interoceánica centroamericana en cuestión. Una noticia relacionada que apunta al mismo rumbo es el anuncio de que en Panamá se localizará la sede del Centro de Cooperación en Tecnología Marítima de la OMI (MTCC) para América Latina, que será inaugurado y realizará su primer evento regional por los primeros días del octubre del presente año. Alojado en la Universidad Marítima Internacional de Panamá (UMIP), formará parte de una red global que se crea para apoyar las acciones de mitigación ante los efectos dañinos del cambio climático. El proyecto, financiado por la Unión Europea (UE), asegura la participación del Caribe, Asia, América Latina, y África en un esfuerzo multiactor en el que concurren representantes gubernamentales, donantes y miembros de la industria, academias y organizaciones no gubernamentales globales que tratan con cuestiones marítimas. Panamá destaca por ser país sede de varias de las oficinas de las Naciones Unidas para la región de América Latina y el Caribe. Actualmente es uno de los que más aporta a la OMI, principal institución marítima internacional. El creciente compromiso de Panamá y Centroamérica con un comercio sustentable y verde está a tono con lo que se espera cuando la expectativa es alta en materia de cooperación internacional, como ahora acontece. *Guadalupe González es académica universitaria Columna anterior: De los intereses de las mujeres en la reunión de Cancún