Una de las principales fuentes de fortaleza de la economía mexicana tiene su raíz en el esfuerzo de nuestros compatriotas en el exterior. Las remesas son fruto del esfuerzo de quienes día a día trabajan para dar mejor futuro a sus seres queridos que permanecen en México.
Las entidades con mayor número de migrantes tienen por naturaleza una mayor captación de remesas. Es el caso de mi estado, Guanajuato, que de acuerdo al Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) es uno- junto con Michoacán, Jalisco- de los que más reciben.
Guanajuato destaca como receptor no sólo en la totalidad- es decir cuando se habla en término de cantidad de dólares- sino también en la captación per cápita.
Si bien, como ya se mencionó, éste es un factor que fortalece la economía local, también responde a la incapacidad de los gobiernos locales de generar trabajo, y riqueza. Nuestros paisanos tienen que dejar su hogar para encontrar las oportunidades que no se les presentan en su propia tierra.
Más aún, las remesas no son más que la materialización de la forma en la que las familias se separan. La desintegración de una parte fundamental del tejido social. Son la prueba de los lazos que se separan, y de la nostalgia por la gente que se deja atrás. Guanajuato tiene problemas graves de empleo. Los semáforos económicos estatales de la organización “México ¿Cómo vamos?” reportan que la productividad- la cantidad de pesos producidos por hora trabajada- y la reducción del empleo informal como los puntos más delicados de una economía que ha decidido volcarse a una estrategia de captación de inversión, y no de atención al ciudadano. Hay una desatención en lo social que debe preocupar a todos. Si no se atienden estos rezagos se seguirá empujando a nuestros paisanos a buscar alternativas que los siguen lastimando.
La economía local debe fortalecerse, se debe incentivar la creación, fortalecimiento, y desarrollo de la pequeña y mediana empresa. La inversión local, trabajada por locales debe ser el complemento perfecto de la inversión extranjera, que es importante pero no suficiente para mejorar las condiciones de vida de la gente.
La fortaleza de un estado no se basa únicamente en su economía. Las oportunidades deben crearse, por el bien de nuestros conciudadanos. Es nuestra responsabilidad velar por quienes ya están lejos de sus familias, cuidar su patrimonio, pero también es menester generar condiciones que eviten que más mexicanos, y guanajuatenses, se separen de sus seres queridos. La gente debe ser lo más importante para quienes estamos en el gobierno. El crecimiento es necesario, pero no suficiente para dar tranquilidad, y para procurar felicidad a la población.