Al corte del primer trimestre de 2017, Netflix, la compañía propiedad de Reed Hastings, había acumulado 98.75 millones de suscriptores en todo el mundo, a una distancia mínima de 1.25 millones para alcanzar la cifra mágica de 100.
Considerando que la Tierra alberga en estos momentos una cifra aproximada a los 7,510,208,000 habitantes, 100 millones de suscriptores no parecen muchos. Sin embargo, tan sólo el 49.6% del planeta está conectado a Internet, es decir, algo así como 3,731,973,423 personas. Partiendo de esto, casi el 2.7% de ese universo está suscrito a Netflix.
De los 100 millones de suscriptores de Netflix, 50.85% son estadounidenses. El resto se halla dividido en todo el mundo. Sin embargo, es justamente en el resto del planeta de donde vendrá la siguiente ola de expansión para el gigante de los contenidos por streaming.
Una proyección de mercado augura que para el año 2020, tan sólo Brasil tendrá 24.4 millones de suscriptores, seguido de Alemania con 11.3, México 10.6, Reino Unido 9.4, Francia 8.2, Canadá 5.3, Colombia 4.8, Argentina 4.2, Países Bajos 2.5 y Chile 1.9, por nombrar a los primeros diez. En total, hablaríamos de alrededor de 85 millones de suscriptores situados fuera de Estados Unidos en mercados que Netflix considera estratégicos. Pero no serán los únicos.
La gran apuesta de Netflix, empero, sigue siendo China, y si bien los contenidos regulatorios de esa nación, tan omnipresentes como la Gran Muralla, impiden su operación, han encontrado una rendija para ingresar discretamente a ese mercado.
Un acuerdo de licencia con la plataforma de video por streaming iQUIYI, filial del motor de búsqueda chino Baidu, permitirá a Netflix transmitir ciertas temporadas de algunas de sus series originales. No es mucho, es cierto, pero al menos es un comienzo.
El año pasado, el crecimiento de Netflix en cuanto a número de suscriptores en el mundo pareció ralentizarse, al menos hasta el tercer trimestre de 2016, que culminó con 86.74 millones de abonados. Sin embargo, el fin de año supuso un salto considerable (93.8 millones) y el comienzo de 2017 otro tanto.
El mercado, por supuesto, ha reaccionado favorablemente al crecimiento de la compañía, y ni siquiera lo que pudiera considerarse como tropezones cuando no caídas (las cancelaciones de las series de Sense8 y Get Down que parecen establecer un nuevo derrotero en sus políticas de producción), han incidido negativamente en su avance. Al primero de abril de 2016, el costo de las acciones de Netflix fue de 105.70 dólares por papel. El día de ayer, las acciones cerraron en 165.88, lo que supone un incremento de 56.9% en algo más de 13 meses.
La expansión de Netflix por el mundo semeja la de un imperio antiguo. Y ni la incursión de Apple en la producción de series, ni el abierto desafío planteado por Amazon, detendrán su paso conquistador.
Más tarde o más temprano, pero China caerá.
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