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Los pendientes de Norberto Rivera

OPINIÓN

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El arzobispo Norberto Rivera tiene que esperar dos resoluciones importantes para su futuro: la decisión del Papa Francisco una vez que presentó su renuncia al cargo por cumplir 75 años y la determinación de la Procuraduría General de la República (PGR) por la denuncia de encubrimiento de 15 curas pederastas.   Cinco personas, entre ellas el ex sacerdote Alberto Athie, presentaron una denuncia el viernes 2 de junio, contra Norberto Rivera, para que explique ante las autoridades judiciales quiénes son los 15 sacerdotes que abusaron de menores y que la Procuraduría determine sí incurrió en algún delito por no denunciarlos.   La historia se remonta a diciembre de 2016, en una conferencia de prensa el cardenal Rivera rechazó haber protegido a pederastas y aseguró que “en la Arquidiócesis al menos unos 15 sacerdotes han recibido no solamente el juicio, sino sentencias”. El problema es que a esos sacerdotes pederastas tuvieron el juicio de la iglesia, pero falta el proceso de las autoridades responsables de la impartición de justicia en el país.   Alberto Athié explica que el procedimiento en la iglesia católica cuando se detectan estos casos, quienes ostentan cargos superiores como Norberto Rivera, deben cubrir todo un procedimiento interno que implica abrir la investigación, corroborar la denuncia y enviarla al Vaticano. Ahí la Santa Sede abre el caso, revisa los elementos y emite una sentencia.   Pero el reclamo es porqué el cardenal no presentó una denuncia ante las autoridades civiles, ya que se trataba de delitos tanto del fueron común como del fuero federal. Norberto Rivera cumplió con su obligación ante la iglesia, pero encubrió a unos delincuentes confesos.   Athié es enfático al señalar que Rivera tiene que asumir una responsabilidad ante la ley, porque los delitos cometidos no fueron contra la religión, sino contra menores indefensos y eso está tipificado en el Código Penal.   “¿Cómo puede un cura, al servicio de Cristo y de su Iglesia, llegar a causar tanto daño? ¿Cómo puede haber consagrado su vida para conducir a los niños a Dios, y acabar sin embargo devorándolos en eso que he llamado ‘sacrificio diabólico’, que destruye tanto a la víctima como a la Iglesia?”, escribió el Papa Francisco, que ha pedido perdón varias veces a las víctimas de los sacerdotes.   Pero a sus 75 años recién cumplidos, Norberto Rivera a diferencia del Papa Francisco no ha pedido perdón, ni ha ofrecido una disculpa a quienes sufrieron el abuso por parte de curas, casos de los que él tuvo conocimiento.   Por el contrario, recuerda Alberto Athié que el cardenal Norberto Rivera llamó “mentirosos” a quienes denunciaron los abusos del padre Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo, que recibió la orden del Vaticano en 2006 de retirarse de su actividad como sacerdote.   Esas disculpas y ese lo siento del arzobismo para las víctimas está pendiente, ojalá Norberto Rivera lo haga antes de retirarse; pero lo que si debe ser una obligación es el proceder de la PGR para que se haga justicia.   Columna anterior: Esperando que Ahued crezca