El Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, en operación desde hace un año, está “haciendo agua” por todos lados. Y a pesar de las advertencias del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, del Secretario de Gobernación, y de dirigentes de diversos organismos para que se corrijan a la brevedad las deficiencias, parece, nada más parece, que quienes tienen vela en este asunto, empezando por el Poder Legislativo, “escurren el bulto”.
Los objetivos del susodicho sistema siguen siendo modernizar y hacer más eficiente, expedita, transparente, justa, humana… la procuración y administración de la justicia. Pero en algunos casos, a la hora de que los juzgadores aplican todas estas bondades, la parte acusadora se ha quedado perpleja por los fallos, pues en lugar de someter a proceso a los delincuentes de todo tipo, incluyendo a lo calificados de “alta peligrosidad”, los sueltan, argumentando, por ejemplo, que los atraparon como a aquel personaje del barrio de Santa Julia; omitieron pasos importantes, como no haber tenido una orden de aprehensión, haber hecho el informe “con las patas” y otras pifias.
El Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Luis María Aguilar, ha declarado en reiteradas ocasiones que si una detención es arbitraria falla todo el esquema; si un fiscal no es capaz de sostener la legalidad de la actuación policial en la audiencia, falla el conjunto de los operadores; si el fiscal y el defensor no argumentan con claridad jurídica y solvencia en las audiencias, fallan los principios torales del sistema… si el juzgador absuelve por deficiencias probatorias o vicios procesales, aun cuando esa decisión sea correcta y conforme a la protección de los derechos fundamentales del imputado, para la víctima y para toda la sociedad significará que todo el sistema ha fallado.
Y como en este país casi todo falla, pues el nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, no tendría por qué ser la excepción, verdad.
Por su parte, el secretario Miguel Osorio Chong, ha urgido a trabajar con el Poder Legislativo para atender la miscelánea penal. Por ejemplo, la prisión preventiva oficiosa para delitos de consecuencias graves, el robo de hidrocarburos o la portación y acopio de armas de uso exclusivo del Ejército, pero “no lo pelan”.
Ha urgido también a fortalecer las policías locales; que conozcan y utilicen el Informe Policial Homologado, porque es la primera fuente de información para analizar un caso, contrastar las pruebas y verificar los testimonios. Son muy pocos los policías que lo entregan, lo cual, sin lugar a dudas, afecta la investigación y la persecución del delito, lamentó.
Y si los encargados de resolver estas y otras deficiencias del NSJP siguen poniendo “oídos sordos” a las quejas y reclamos, al rato los agujeros se van a convertir en túneles por donde salgan los delincuentes.
38