La zona conformada por Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta es un reducto de biodiversidad reconocida por Naciones Unidas como patrimonio mundial y cultural de la humanidad. Y ha sido, durante siglos, fuente primordial del abastecimiento de agua y alimentos de la Ciudad de México.
Con la construcción del gran acueducto, connotada obra de ingeniería del porfirismo, comenzó la extracción furtiva del agua, que de manera gradual ha secado los legendarios manantiales acuíferos y ojos de agua.
A su vez, el crecimiento desmedido de la urbe ocasionó una mayor extracción del líquido, la cual provocó el rompimiento de las capas del subsuelo. Y ocasionó fracturas, hundimientos y grietas que ponen en riesgo la integridad de las personas, sus bienes y el patrimonio cultural de la capital.
En años recientes, estos problemas se han agudizado, sobre todo por el agotamiento de los mantos derivado de su sobreexplotación.
El hundimiento de la ciudad es de tal manera grave, que alcanza hasta varios centímetros anuales. Y no sólo afecta a esta zona, sino, en total, a doce de las 16 delegaciones capitalinas.
Cabe subrayar que estos efectos son evidentes en el patrimonio arquitectónico y monumental de la zona. En consecuencia, urge analizar el papel que ésta juega como abastecedora de agua. Como, así mismo, la función asumida por la ciudad como consumidora irresponsable o reactiva.
Aunque hay estudios elaborados por académicos y dependencias de gobierno, éstos se antojan desarticulados y distantes de las preocupaciones de la ciudadanía. En consecuencia, es imprescindible sumar esfuerzos para atender este problema desde distintos ámbitos.
Como diputados nos corresponde propiciar el diálogo e impulsar análisis orientados a generar información de elevada calidad para poder legislar de forma incluyente y participativa.
La suma de ideas y voluntades permitiría comprender este grave problema y proponer soluciones viables, tanto provenientes del sector público como de la sociedad.
Es de vital importancia visibilizar los problemas que afectan a la ciudadanía para traducirlos en acciones sustantivas, capaces de favorecer la zona patrimonial y a sus habitantes.
*Diputada ALDF Morena