El término sustentabilidad es en sí mismo una alternativa al modelo tecnológico y de crecimiento adoptado a finales del siglo XIX, durante el período conocido en el mundo como la “Revolución Industrial”. Dicho modelo tuvo como base la explotación masiva de recursos no renovables, particularmente en términos de generación de energía; carbón en un inicio y luego hidrocarburos.
Tras dos guerras mundiales, la segunda mitad del siglo pasado vio como prioridad la recuperación económica de Europa, por lo cual las consideraciones ambientales (sugeridas por Hotteling y Hartwick en los años 30´s que proponían un modelo con “visión” a largo plazo) pasaron a segundo plano.
Dentro de las acciones públicas que retoman la visión de largo plazo para el uso de los recursos naturales destacan en 1970 la creación de la Agencia de Protección Ambiental en Estados Unidos y en 1987 la Comisión de Brundtland de las Naciones Unidas, que define al desarrollo sustentable como aquél capaz de “satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. En el caso de México no es sino hasta 1994 cuando se crea la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (SEMARNAP), actualmente Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
De entonces a la fecha el concepto de sustentabilidad se ha ampliado para considerar no solamente los aspectos económicos y ambientales del desarrollo, sino también los aspectos socioculturales, que comprenden el bienestar de las comunidades en términos de su desarrollo humano y la protección de su patrimonio cultural tangible e intangible.
El turismo puede o no tener una perspectiva sustentable. Existe actividad turística con una visión depredadora y miope del crecimiento económico, pero también existen propuestas turísticas con una visión de largo plazo, con un poder integrador de la rentabilidad hacia factores que permiten mutar el crecimiento en auténtico desarrollo.
En su origen, cuando comparando con otras industrias, el turismo se veía como una actividad sustentable; sin embargo, la predominancia del modelo “todo incluido” en destinos de sol y playa ha generado una percepción a veces negativa sobre este sector. El turismo ha evolucionado y generado nuevos planteamientos como el ecoturismo y ha demostrado su poder transformador como un instrumento de reconversión de actividades económicas, de recuperación de zonas ricas en recursos naturales y de preservación del capital cultural de las comunidades turísticas.
En los siguientes artículos profundizaré sobre los factores que generan un “Turismo Sustentable”, así como los retos y oportunidades del mismo.
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