Las líneas aéreas multadas por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recurrirán a todos los instrumentos legales que estén a su alcance para defenderse de la acción del gobierno, toda vez que no han transcurrido los 90 días a los que tienen derecho para ajustar sus procedimientos tras la aprobación y entrada en vigor de las modificaciones a la Ley de Aviación Civil. De hecho, apenas ayer entraron en vigor las nuevas disposiciones, por lo que la multa de 22.4 millones de pesos contra Interjet, Volaris, VivAerobús, Aeroméxico y JetBlue Airways es vista como una especie de madruguete contra el sector, sabiendo la Profeco que debían transcurrir 3 meses de gracia para el ajuste operativo.
En esta ocasión cada una de las aerolíneas decidirá la estrategia jurídica a seguir; es decir, actuarán de forma individual y no bajo el cobijo de la Canaero (Cámara Nacional de Aerotransportes).
Se sabe que algunas aerolíneas podrían considerar ampararse, dado que le Ley de Aviación Civil está por debajo de los tratados internacionales que ha firmado México, particularmente con Estados Unidos y Canadá. Es en esos instrumentos legales que se escudarían para ejercer su libertad de cobrar por la primera maleta documentada.
El cobro de la primera maleta en los vuelos entre México y Estados Unidos es uno de los aspectos más álgidos de la nueva ley. El legislador aprobó que todo pasajero tendrá derecho a llevar una maleta de 25 kgs. sin que se la cobren aparte en el boleto. No obstante, las aerolíneas quieren diferenciar sus estrategias entre sí, y algunas propugnan porque el cargo por llevar maleta solo ocurra cuando efectivamente el pasajero quiera documentar una, y no siempre.
En sentido estricto, la disposición de llevar una maleta de 25 kgs “gratis” a bordo es una sinrazón económica. Equivale a decir que todos los restaurantes deberían incluir el postre en el menú del comensal, independientemente de si desea comerlo o no. Es evidente que se crea una ineficiencia económica por cobrárselo a todos, aunque no lo quieran; y eso fue lo que aprobó el Congreso al incluir una maleta en el precio del boleto. El resultado es que las aerolíneas tendrán que subir el precio del pasaje a todos, aunque no documentemos ni una sola maleta.
La tecnología permite que el viajero pague cada vez con más precisión lo que efectivamente adquiere. Es una calamidad que alguien que no lleva maleta de 25 kgs deba pagar para subsidiar un pedazo de la maleta del vecino. Los legisladores mejor debieron obligar a las aerolíneas que querían diferenciarse así para que instrumentaran mecanismos ágiles y transparentes para cobrar por cada maleta subida. De esta forma no pagaría quien no lleva ni una, mientras quien sí la llevase tendría una experiencia de compra adecuada. Pero no: postre para todos.
motacarlos100@gmail.com
Columna anterior: Heineken con 348 millones de litros violando tequila
Miércoles 15 de Enero de 2025