Algunos huéspedes curiosean a lo lejos, intentando ser sorprendidos por el Presidente Fox (como le gusta que le llamen) porque dicen que suele pasear por allí cuando está en casa, justo al lado. El visitante acude a ver la réplica de la oficina presidencial de su sexenio, ahí se observa el teléfono por donde dictó línea, el sillón en el que intentaba descansar -pese al dolor de espalda- hasta las ventanas son idénticas, sólo que a través de ellas no se ven los jardines de los Pinos, sino el huerto del rancho que habita el ex primer mandatario.
Ya es una realidad el sueño que una noche, mientras se quitaba las botas, contó a Marta Sahagún y ésta no paró hasta verlo construido. Hoy Vicente Fox presenta por los rumbos de Paseo de la Reforma, el San Cristóbal Center y Hacienda San Cristóbal, desarrollo de turismo de negocios que inició como Centro Fox.
El hotel boutique –de 47 habitaciones y cerca de León Guanajuato- tiene un spa, cuenta con una cava transformada en un pequeño salón para reuniones o cenas íntimas, también posee un jardín secreto, el granero de la hacienda está acondicionado como un salón mediano que rentan familias o empresas cuando no pasan de 40 comensales. Los que eligen el lugar para casarse, pueden contratar hasta un show de caballos bailadores. Todas las instalaciones tienen los detalles e idea de la que fuera pareja presidencial del 2001 al 2006.
Durante su mandato, Fox apostó por el turismo, entendía el tema y obtuvo buenos resultados pese al parteaguas que significó el 11 de septiembre. México durante su sexenio se ubicó en el séptimo lugar en llegadas de visitantes extranjeros, logró metas exitosas en captación de divisas, gracias a los 22 millones de turistas de otros países. Fue en el 2005 cuando rompieron record en términos de percibir recursos por inversión directa con 10 mil millones de dólares. Cifra más alta registrada en un periodo sexenal. Esto creó un aliciente para que el extitular de Coca Cola en América Latina, al salir de la presidencia de la república, pensara –con la ayuda de Marta su esposa- dedicarse a operar desde el servicio turístico. Al final de su mandato, se le ligó en algún momento como socio de Olegario Vázquez Raña –investigación de la revista Proceso- en la compra del hotel Parador San Javier de Guanajuato. Años después llegaría todo el concepto hotelero en el lugar que el mismo habita.
La historia de la Hacienda San Cristóbal se remonta a 1614 cuando la construye el Virrey Márquez de Guadalcazar, pasa por diferentes manos hasta que la compra José Luis Fox Pont y Mercedes Quesada padres del primer presidente emanado del PAN. Ahora quien lleva las riendas de la propiedad es Marta, está en todo, hasta en saber escuchar al ex primer ministro canadiense Brian Mulroney y le esconde el teléfono celular a Vicente para que no escriba “cosas” que “hagan irritar a Trump”.
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