Lo “in” en la Habana es ir a comer a un Paladar. Son la versión tropicalizada del bistró francés. Regularmente quienes cocinan los platillos caseros son los mismos dueños de la casa donde reciben a medio centenar de comensales. Mientras le hincaba el tenedor a una porción de cerdo salvaje con puré de malanga, escuchaba a Carlos Márquez, el chef propietario del Paladar San Cristóbal en la capital Cubana: “Si ya vinieron Obama, las Kardashians o Mick Jagger a mi lugar, van a seguir llegando con prohibición o sin ella”.
Acierta el cocinero en permanecer optimista. Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, no tocó los viajes ni las remesas al revertir parte de la histórica apertura de su antecesor Barack Obama con Cuba. Esto es lo que Trump quiso decir: “Los viajes individuales para abrir contacto con el pueblo cubano están prohibidos, AUNQUE podrán seguir haciéndose dentro de un GRUPO ORGANIZADO”. ¡Ojo! tanto antes, con Obama como ahora con Trump, las leyes estadounidenses consideran ilegal que sus ciudadanos vacacionen en el territorio gobernado por Raúl Castro. PERO existen 12 categorías de viaje, donde casi cualquier natural de EEUU puede ir a conocer los atractivos turísticos cubanos.
Desde el 17D en el 2014 cuando Obama anuncia el restablecimiento de relaciones diplomáticas con la mayor de la Antillas, la llegada de visitantes del país de las barras y las estrellas ha mejorado; en 2015 se recibieron 161.233 turistas. Un crecimiento del 76% comparado con el año anterior y en 2016 superaron la cifra: 284.937 ciudadanos de EEUU visitaron Cuba, logrando 74% arriba con respecto al año previo. No son más, por el complejo procedimiento para la autorización del viaje y también porque no están a la altura de la competencia de la región como República Dominicana o Cancún donde existen mejores precios, infraestructura y productos turísticos variados.
El discurso de Trump en la Pequeña Habana en Florida va más encaminado a quedar bien con los cubano-americanos y a restringir en la tierra de Martí, el poder económico del Grupo de Administración Empresarial SA (GAESA) el brazo empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) propietaria de tiendas minoristas de ventas de productos en divisas, aduanas, puertos y del Grupo de Turismo Gaviota (hoteles, agencias de viajes, alquiler de autos) son los que manejan los alojamientos más importantes de la isla. Tienen 83 instalaciones hoteleras que suman aproximadamente 29,000 habitaciones.
Ni Castro ni Trump lo dicen, pero esto va para largo. Me quedo con el comentario de Mikel, el taxista que me lleva en su “Almendrón”, un Cadillac 1956 por el viejo malecón; “Las restricciones de Estados Unidos, han impulsado el turismo cultural y urbano, es lo que necesitamos para no depender solo del turismo playero”.
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