No ha ganado ninguna elección, pero Ricardo Anaya, ha sido funcionario local en Querétaro, servidor público en el sexenio de Calderón, diputado federal y con 34 años cumplidos se convirtió en el presidente más joven del Congreso, presidente nacional del PAN y al mismo tiempo aspirante a la presidencia de la República. Ha sido astuto para acomodarse en grupos que manejan el poder político, pero en sus 20 años de carrera más pronto que tarde ha sido desleal con quienes le tendieron la mano.
Todo comenzó en el 97 cuando apoyó, sin conocer, la candidatura de su vecino Francisco Garrido a la alcaldía de Querétaro. Después del triunfo, Anaya, de entonces 18 años, se sentó 15 días en la baqueta de afuera de la oficina hasta ser recibido. Pidió la dirección de la Juventud sin sueldo. “Lo que quiero es hacer carrera”, dijo. Alfredo Botello, operador panista y Manuel Ovalle, secretario de gobierno del ayuntamiento, abogaron por él para que Garrido le diera el cargo.
Como era pelirrojo y de escaso cabello –por eso a la fecha siempre anda casi a rape– le apodaron El Cerillo. Rápido mostró liderazgo. Ovalle intercedió para que lo hicieran candidato a diputado local, pero perdió. En 2000 ganó el subcampeonato de oratoria del panismo.
Al año siguiente Garrido se convirtió en líder del PAN local y otra vez Botello lo acomodó en un cargo: secretario particular. Dos años después, Garrido ganó la gubernatura y ofreció a Anaya el mismo cargo, pero éste lo que buscaba era la Secretaría del Trabajo. El gobernador se la negó, pero fue convencido de aceptar la propuesta inicial.
Para las presidenciales de 2006, Garrido apostó a Santiago Creel, pero al ser derrotado por Calderón, Anaya se deslinda del gobernador, pues se había acercado al grupo vía Rogelio Carbajal, ex líder juvenil de la dirigencia nacional. Incluso se anotó como candidato a la presidencia del PAN local para competirle a Bernardo Nava, candidato del gobernador.
Aunque tuvo el apoyo de Los Pinos no ganó, pero se acercó aún más al grupo calderonista. En 2007, en la Asamblea Nacional del PAN, donde se definía el reacomodo de los grupos, Anaya acepta todo el apoyo del finado Juan Camilo Mouriño para dejar fuera del consejo nacional al secretario de gobierno, quien dio todo su apoyo a El Cerillo en sus inicios.
El parricidio político no termina ahí. Germán Martínez, entonces secretario de Función Pública, buscó la presidencia del PAN. Querétaro y sus bases panistas eran importantes en este proceso. Anaya agendó una reunión entre Germán y Garrido para pedir el apoyo de sus consejeros. Martínez ofreció un espacio a Garrido en el CEN del PAN, pero al final mejor se lo ofreció a Anaya y éste aceptó sin problemas.
Dejó a los botellos, ovalles, navas y garridos en el camino para meterse con apenas 28 años de edad en la plataforma nacional en la era del calderonismo.
10 SEGUNDOS: Se siente ofendida Eva Cadena, recaudadora de más de 1.5 millones de pesos para AMLO. Acude hoy –en medio del proceso de desafuero que se le sigue– a la CNDH a interponer queja porque violan sus derechos.
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Miércoles 15 de Enero de 2025