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El desencanto azul

OPINIÓN

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  Josefina Vázquez Mota, sin-querer-queriendo, le dio un tallón a su correligionario Édgar Olvera, el Edil de Naucalpan, ahora que fue de campaña a ese municipio hace unas semanas. En su nostalgia por los años mozos que vivió en La Florida, se fue de bruces y embarró a la administración municipal por la gran inseguridad, en una presentación con Rotarios de la zona reunidos en el Patio de la Virreina. Dijo que extrañaba caminar por esas calles cuando el municipio era un lugar seguro. Aquí van tres datos que refuerzan su idea: Naucalpan fue el segundo municipio con más feminicidios en la entidad, con un total de 17 en 2016; el séptimo, entre los 2 mil 446 ayuntamientos del país y las 16 delegaciones capitalinas con mayor robo de vehículos, con 2 mil 763, además de un aumento de 234% en el robo con violencia a transportistas, por las 338 denuncias, cifra récord en la demarcación desde que existe registro, según cifras del Observatorio Ciudadano en Contra de la Violencia de Género, Desaparición y Feminicidios en el Estado de México y el Sistema Nacional de Seguridad Pública. Un municipio que rebasa la cantidad de robos que tienen14 estados del país, entre ellos Durango y San Luis Potosí. Un dato más: la demarcación ha estado gobernada, en las últimas dos décadas, principalmente por el PAN (14 de esos 20 años; el 70% del tiempo, vaya). Solo bajó el índice delictivo cuando estuvo el Edil priista David Sánchez (irónicamente, hoy preso por peculado): en el año 2014 disminuyó en 3 mil 961 los delitos con respecto al año anterior, para dejarlos en 21 mil 419, lo que representó una baja del 15%. En 2015 hubo 14 mil 748 delitos, el 31% menos. Pero en 2016, Olvera, en su primer año, perdió la racha y llevó el índice 9% arriba, al registrar 16 mil 57 delitos. También tienen rostros estas cifras: tres jóvenes han muerto en los linderos de Satélite en riñas afuera de bares a los que no clausuran. Incluso, la más reciente de éstas ocurrió a plena luz del día, el domingo 9 de abril, cuando salían del lugar apenas despuntaba el alba (cuatro horas después del límite de su cierre, según las normas que anti-vigila Édgar Olvera) y fue videograbada la parte donde los amigos de la víctima arrastran el cuerpo, mientras vuelven a ser agredidos y golpeados. El material videográfico existe, pero está tan involucrado el lado oscuro del crimen que ni el apetito opíparo de las redes sociales se lo ha echado al plato. Contundente imagen. Ninguna de las muchas estadísticas existentes, producto de cálculos y metodologías sociales, dará mejor cuenta de que el municipio se le fue a panista Edgar Olvera, como polvo entre las manos en un soplido. Imaginemos por un momento ese municipio, donde Josefina dice haber caminado sin problemas. Ahora, asomémonos por el Naucalpan de Olvera y asistamos a una escena dantesca.