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Inmobiliarias: el monstruo de la corrupción

En los últimos cinco años la Procuraduría Ambiental ha recibido casi nueve mil quejas sobre construcciones ilegales

OPINIÓN

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Era imposible no ver que en Morán 102 un desarrollador violaba la ley: levantaba 5 pisos en un edificio en lugar de 3. El inmueble estaba pegado a la delegación Miguel Hidalgo por donde Víctor Romo, ex jefe delegacional, pasaba diario. Hasta que lo sucedió Xóchitl Gálvez se investigó, se entrevistó con el encargado y éste le confesó que había soltado una lana para iniciar la obra y una iguala mensual para hacer dos niveles más y 4 departamentos extras. Después de estudiar la ley, Gálvez agarró un mazo y se fue a derrumbar los dos pisos sobrantes. De agosto a la fecha lleva 9 demoliciones. “Tengo otros 30 en la mira por el tema de la altura, 27 hoteles clandestinos con uso de suelo habitacional y varias propiedades más por violaciones diversas”, me dijo ayer después de que el Senado discutiera el tema precisamente a raíz de que se ha exhibido el negocio jugoso para notarios, autoridades y constructores. “Es un derecho de piso que cobran los políticos. O ¿Cuál es la diferencia a lo que hacen los criminales para dar protección?”. En la sesión permanente de ayer Mariana Gómez, senadora panista, aseguró que los jefes delegacionales no permiten al Instituto de Verificación de CDMX realizar verificaciones durante la construcción. Llama la atención quién pone el dedo en el punto clave porque fue su ex novio Jorge Romero, ex delegado de Benito Juárez, uno de los primeros en estar bajo sospecha de negocios turbios con la constructora Ruz. Tras una investigación en 2010, se supo que Romero vivía en un penthouse en la del Valle y después del escándalo él reveló que no fue un regalo sino que obtuvo nada más un descuento por un millón 600 mil pesos por el inmueble. Nada más en los últimos 5 años la Procuraduría Ambiental ha recibido casi 9 mil quejas sobre el tema, de las cuales solamente dos terceras partes corresponden a los últimos 5 años. Y tan sólo en 2016 se construyeron 109 pisos ilegales. En la Nápoles, Benito Juárez, acaba de ser descubierto un hotel clandestino que funcionaba sin problemas. Hasta que una investigación periodística documentó que no tenía uso de suelo, Christian Von Roerich hizo la suspensión. El dueño es el mismo al que Gálvez le suspendió una obra en Polanco, donde en vez de cuatro departamentos se construían 15. Pero no es todo, es el mismo propietario del penthouse de la Escandón donde vivía el perredista David Razú, ex candidato a la delegación Miguel Hidalgo, cuya propiedad además de ser ilegal fue invadida por el grupo de Los Claudios. Gálvez se dedicó a sentar un precedente.”Me sentí incomprendida dando una pelea en la que todo mundo empezó a reírse de mi”. Pero ha seguido contra los monstruos de las inmobiliarias y sus cómplices en el gobierno. Basta una base de datos para impedir que siga sucediendo la corrupción. Ojalá la exigencia del Senado no sea un llamado a misa. Columna anterior: Edomex detenido en los setentas