La multa que será impuesta a los bancos que violaron la Ley Federal de Competencia Económica y que se pusieron de acuerdo para manipular el mercado de bonos de México será descomunalmente grande y hará ver como irrisoria la multa de mil 100 millones de pesos que recientemente la Comisión Federal de Competencia impuso a las Afores, me dijo ayer un experto familiarizado con el tema que conoce del ánimo con el que la Cofece quiere hacer valer sus nuevas atribuciones en el país.
De acuerdo al experto, que ha integrado varios de los expedientes más complejos de investigaciones en materia de monopolios, lo más probable es que los bancos hayan actuado poniéndose de acuerdo sobre los precios de los bonos y sobre sus propias posiciones en cada subasta de valores gubernamentales sin siquiera saber que estaban violando la ley, pero utilizando mecanismos de comunicación y colaboración con los que durante muchos años habían solido operar incluso siendo competidores. Esta ignorancia no los eximiría de cumplir con los nuevos ordenamientos legales y los pondría en ruta de pagar la “Madre de todas las multas”, algo que nunca hemos visto en México.
El hecho de que ayer por la mañana Bloomberg reportara que una de las instituciones haya acordado colaborar con la investigación de la Cofece es reflejo de que los equipos jurídicos de las instituciones investigadas (Citigroup, BBVA, Santander, HSBC, JP Morgan, Bank of America y Barclays) han recomendado a los directores de estas instituciones que, a fin de librar una pena de cárcel, era más conveniente revelar el alcance de la colusión. “No me extrañaría que en este momento otros bancos y sus equipos jurídicos también estén decidiendo colaborar”, señaló.
En mi opinión, que siete bancos hayan violado la ley y dañado las finanzas públicas del país representa un episodio sumamente oscuro para el sistema financiero mexicano. Cuando las multas se confirmen, el desprestigio se cernirá sobre las cabezas de estas instituciones, todas de capital extranjero. Las multas se constituirán en una materia prima que servirá para revivir incluso el viejo discurso sobre la privatización de los bancos a manos del capital foráneo. ¿En qué fregados estaban pensando estas siete instituciones cuando hicieron esto? Lo que acaban de hacer es alimentar la flama del populismo, que en voz de alguien como Andrés Manuel López Obrador podrá volver hablar del “entreguismo” a los intereses del exterior.
Hay bancos extranjeros que obtienen cerca de 2 mil millones de dólares de utilidades en México. Todos pensábamos que lo hacían legal y legítimamente. Si esto no es así, merecen un castigo ejemplar, que incluya multa y cárcel a los manipuladores, y que propulse —como nunca lo imaginaron— el perfil de Alejandra Palacios y de su Comisión Federal de Competencia.