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La guerra por Los Cabos

Se debate la Ley de Seguridad Interior que replantea el papel del Ejército en la guerra contra el narcotráfico

OPINIÓN

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El comunicado de la Marina del 1º de mayo contó la misma escena que hemos escuchado tantas veces en los diez años de la guerra contra el narcotráfico, en las zonas más violentas del país: un grupo de civiles muestran una “actitud sospechosa”, agreden a los militares, luego ingresan a un domicilio y son siete civiles son abatidos, dejando un marino herido, que fallecería más tarde en un hospital cercano. El enfrentamiento no ocurrió en algún municipio rural de Sinaloa, Guerrero o Tamaulipas, sino en San José del Cabo, el destino turístico mexicano más preciado entre los habitantes de la costa oeste estadounidense, a 15 kilómetros del hotel Grand Velas Los Cabos, donde horas antes un turista había pagado 7 mil dólares por “el taco más caro del mundo”. La sospecha entre los medios locales indicaba entonces que se trataba de un operativo para detener a Dámaso López Núñez, alias “El Licenciado”, quien finalmente fue apresado horas más tarde, en la Ciudad de México. Pero el rumor no era una ocurrencia. Desde febrero de 2014, luego de la recaptura de Joaquín El Chapo Guzmán, en Mazatlán, Sinaloa, la violencia en la región ha aumentado exponencialmente. Fuentes del alto nivel en el gobierno mexicano explicaron para esta columna que la raíz del incremento de los asesinatos es una: la brutal disputa territorial entre las fracciones el cártel de Sinaloa y el cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) para controlar uno de los mercados de drogas más preciados del país. Baja California Sur pasó de tener 28 asesinatos dolosos en 2007 a 133 solo en los primeros cuatro meses de este año, cuando también han sido detenidos o asesinados varios mandos medios de ambos cárteles en la zona. Las cifras de asesinatos en los últimos meses coinciden, también, con un movimiento interno en el gobierno mexicano: la jubilación del general Moisés García Ochoa, principal contendiente de Salvador Cienfuegos por el liderazgo del Ejército Mexicano en 2012 y quien comandaba la región militar en Baja California en los últimos años. En su lugar fue nombrado Adolfo Domínguez, uno de los generales cercanos a Cienfuegos en el Ejército, quien fue ascendido a general de división en noviembre de 2015. Desde su llegada a la región que comprende Baja California Sur, en mayo de 2016, 275 personas han sido asesinadas en el estado. Si bien el Ejército no es responsable directo por el número de homicidios cometidos en una zona en conflicto, México debate actualmente una Ley de Seguridad Interior, que replanteará el papel de los militares en la guerra contra el narcotráfico. Mientras dicha ley se aprueba, bien vale revisar la actuación militar en el control y la pacificación de zonas como el sur de la península de Baja California, hasta hace pocos años una de las pocas zonas con bajas cifras de homicidios dolosos en el país, hoy polvorín alimentado por varios fuegos. Columna anterior: Los intocados del caso Dámaso *Peniley Ramírez es periodista de investigación. Reportera en la unidad investigativa de Univision Noticias. penileyramirez@univision.net