En el corazón de Corral Viejo, una comunidad que hasta hace poco parecía vivir ajena a los titulares de los grandes medios, el ritmo habitual de la tranquilidad rural fue abruptamente interrumpido. Una operación encabezada por la Secretaría de Marina marcó el inicio de un día que pocos en el lugar olvidarán. Era temprano cuando los vehículos oficiales irrumpieron en los caminos polvorientos de esta localidad, ubicada en el municipio de Culiacán, Sinaloa.
Al llegar al sitio señalado, los marinos encontraron un vasto terreno de aproximadamente 1,500 metros cuadrados que albergaba lo que describieron como un laboratorio clandestino. Este lugar no era un improvisado espacio para la producción de drogas; su infraestructura evidenciaba un nivel de organización meticuloso y recursos significativos.
A simple vista, los indicios dejaban claro que se trataba de un centro de producción de drogas sintéticas de gran capacidad. En el sitio se aseguraron 15 kilogramos de producto terminado, listos para su distribución. Además, se encontraron 6,400 litros de mezclas en crudo, 400 kilogramos de sustancias en proceso de cocción y una cantidad importante de químicos esenciales para la fabricación de estas sustancias. Entre ellos destacaban 50 litros de tolueno, empleado como solvente, y 2,300 litros de fenil-2-propanona, un precursor clave en la síntesis de metanfetaminas. También se contabilizaron 1,500 litros de alcohol bencílico, 660 kilogramos de ácido tartárico y 1,275 kilogramos de sosa cáustica.
Laboratorio clandestina era utilizado para fabricación ilegal de químicos
La escena era impactante. Cinco reactores de acero inoxidable, cuatro destiladores, y diversos equipos industriales formaban parte del entramado que hacía posible la producción masiva de drogas. Había además once tanques de gas LP, una motobomba, un motogenerador, y otros utensilios especializados, como quemadores, pinzas de presión y amplificadores de corriente. Incluso se encontraron casas de campaña, dejando entrever que algunos operarios pasaban largas jornadas en el lugar.
La neutralización de este laboratorio se llevó a cabo con precisión. Los materiales y equipos fueron destruidos in situ, en un esfuerzo por impedir que volvieran a ser utilizados. El operativo concluyó con el levantamiento de las constancias pertinentes por parte de la autoridad ministerial, quien ahora tiene en sus manos la investigación para determinar las ramificaciones de esta estructura clandestina.
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