El monto de remesas enviadas por los mexicanos que trabajan en Estados Unidos sigue creciendo año con año. Sin embargo, esto no es necesariamente una buena noticia; más bien, es un síntoma del aumento de la pobreza en México, según Blas Valenzuela Camacho.
El académico e investigador de la Facultad de Estudios Internacionales y Políticas Públicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa señaló que, históricamente, el monto anual de remesas que llegan a México ha sido directamente proporcional al nivel de pobreza en el país.
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“A mayor pobreza en México, mayor cantidad de remesas. Las remesas se han visto como un elemento muy positivo, pero, en realidad, su aumento refleja un incremento en la pobreza y los problemas económicos en México”, explicó.
Las remesas son un medidor de pobreza extrema
Recordó que desde los tiempos del programa bracero en la década de los 40, el dinero enviado desde Estados Unidos por los mexicanos ha sido uno de los principales paliativos a la pobreza extrema en el país. Valenzuela Camacho destacó que el destino de las remesas ha cambiado en los últimos años. Mientras antes se dirigían principalmente a zonas rurales, ahora están llegando a colonias populares de las principales ciudades de Sinaloa.
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“Curiosamente, aunque todavía se reciben remesas en la zona serrana, las ciudades que más reciben son Culiacán, Guasave, Los Mochis y Mazatlán, las más grandes del estado”, señaló.
Entre los estados del país que más están recibiendo remesas actualmente, mencionó a Zacatecas, Michoacán, Veracruz y el Estado de México.
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“La migración mexicana se ha vuelto cada vez más urbana; es decir, la mayoría de los mexicanos en Estados Unidos vivían en ciudades antes de emigrar. Por ello, las remesas ahora llegan a las colonias más pobres de las grandes ciudades del país, además del campo”, reveló.
Valenzuela Camacho concluyó que la enorme cantidad de remesas que ha estado ingresando no es una buena noticia, ya que refleja el aumento de los problemas económicos en nuestro país.
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