La contaminación en los océanos se ha convertido en una de las crisis ambientales más alarmantes del siglo XXI. Plásticos, metales pesados ??y productos químicos nocivos afectan la vida marina, alterando ecosistemas y poniendo en peligro especies. Cada año, millones de toneladas de desechos terminan en los océanos, provocando la muerte de animales y la degradación de hábitats cruciales.
La microplástica, en particular, se ha infiltrado en la cadena alimentaria, generando preocupaciones sobre la salud humana y la seguridad alimentaria. Vale mencionar que el 8 % del plástico llega a los mares a nivel mundial y, a medida que este material se acumula en las aguas, aumenta el número de animales afectados y por tanto la calidad de la alimentación humana. Según un estudio que publicó la ONG Oceana, el país latinoamericano que más contamina el océano con residuos plásticos es Brasil.
Brasil es el país de América qué más contamina el océano
Brasil es responsable de verter anualmente 1.3 millones de toneladas de residuos plásticos al océano, lo que equivale al peso de 1.3 millones de automóviles pequeños, según el estudio. Vale destacar que los microplásticos ya forman parte de la alimentación de los seres humanos. Se ha encontrado este material en los estómagos de 9 de las 10 especies de pescado más consumidas a nivel global, lo que representa un riesgo para la salud pública debido a la contaminación de los mares.
En Brasil, la investigación identificó plástico en los estómagos de más de 200 especies marinas. Además, el 98 % de los peces amazónicos analizados también reflejó plástico o microplástico en sus intestinos y branquias.El informe destacó que, a pesar de ser líder en producción de plásticos en América Latina, Brasil “no tiene ninguna legislación” que regule la producción de este material tan nocivo para el ecosistema.
Oceana recomendó al Gobierno de Brasil acelerar la aprobación de un proyecto de ley que establezca un manejo del plástico orientado a la economía circular y también “invertir en investigación y desarrollo para promover alternativas al plástico con materiales reutilizables o compostables” en los distintos sistemas productivos. La contaminación plástica es considerada una crisis global por la ONU y representa la segunda mayor amenaza ambiental para el planeta, con impactos negativos en todos los ecosistemas, incluida la biodiversidad marina