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Nacidos del corazón: "Gestarlo no es amarlo"

La maternidad es una convicción, afirman madres adoptivas

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La maternidad es una convicción, afirman madres adoptivas
La maternidad es una convicción, afirman madres adoptivasCréditos: Foto: Especial

Liliana y Clara soñaban con ser madres, pero debido a que sus cuerpos no eran aptos para procrear biológicamente, cumplieron su anhelo y dieron vida a hijos nacidos del corazón, por medio de la maternidad adoptiva.

Liliana tiene 52 años, es profesionista y labora en una dependencia del gobierno federal. Desde niña, decidió que de grande sería madre de hijos biológicos e hijos adoptivos. Luego de casarse, intentó un embarazo, pero al no lograrlo descubrió que tenía problemas en el útero y que no podría gestar.

De inmediato, inició la solicitud para la adopción de un niño o niña de aproximadamente seis años, pero luego de varios estudios, el Sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Michoacán determinó que Liliana y su esposo tenían mayor compatibilidad con adolescentes.

A la par, Leonardo, un menor de 12 años que desde muy pequeño sufrió el abandono de su madre y quedó a cargo de una pareja de ancianos, que debido al fallecimiento de uno de ellos, ya no pudieron darle la atención adecuada, terminó bajo resguardo institucional y en busca de una familia.

Liliana, su esposo y Leonardo fueron presentados por medio del DIF y desde el primer momento, sintieron una fuerte conexión que a los tres los llevó a decidir formar juntos una familia.

“En el momento en el que nos presentaron, sentí que nos conocíamos de toda la vida. No hubo nada que pensar de su parte, ni de la mía. Una vez estábamos en unos columpios en las convivencias para ver la compatibilidad y me dijo: ‘Oye mamá’. No quise decir nada, para no abrumarlo, pero sentí mucha emoción”, recuerda Liliana.

A poco más dos años de vivir con Leonardo, Liliana se siente bendecida por haber tenido la oportunidad de ser su madre, y cada 10 de mayo agradece a la mamá biológica el haberle dado vida a lo más valioso de su existencia.

“Siempre agradezco a la mamá biológica de mi hijo. Le pido a Dios que de verdad la perdone y le agradezco el que le dio la vida, porque gracias a su decisión, buena o mala, a mí me dio la oportunidad de lograr este sueño. Espero que esté bien, le agradezco ese ser maravilloso y esa vida que logró, porque me la dio a mí”, comparte la mujer.

Clara, una médico cirujana de 46 años también es madre adoptiva de José y Darío, dos adolescentes de 14 y 12 años, que llegaron a su vida desde los primeros días de nacidos, cuando aún vivía en matrimonio con su ahora exesposo y padre de los dos menores.

Al igual que Liliana, la profesionista decidió desde muy joven que sería madre adoptante, y confiesa que, si su economía lo permitiera, volvería a adoptar a un tercer hijo o hija, pues está convencida de que la maternidad es una convicción, más allá de una circunstancia o estado biológico.

“La maternidad y la paternidad son una vocación, un llamado. Todos seguramente conocemos personas, hombres y mujeres, que tienen hijos biológicos y no los tratan como si fueran sus hijos, no los educan con amor. Entonces, decir que necesitas gestarlo no te hace amarlo, gestarlo no te hace educarlo, quien tiene esa idea (de que un hijo sólo puede ser biológico) es porque no tiene un llamado real a la maternidad, no tiene el amor completo o total para entregarle su corazón”, expresó.

Clara se considera una madre plena. Nada en su maternidad ha sido difícil, por el contrario, dice, todo han sido momentos felices al lado de sus hijos.

“Una cosa muy linda que viví fue cuando en una plática, José me dice: ‘Oye mamá, pero ¿dónde está mi mamá?’, refiriéndose a la biológica. Y Darío mi hijo menor volteó y le dijo: ‘No, es que esa señora no es nada de nosotros, José. Ella es nuestra mamá y no hay otra’. O sea, realmente yo creo que lo más gratificante es ver cómo ellos se saben parte de una familia, se saben necesarios, amados, aceptados como son y viven su vida con la libertad de la verdad”, comenta Clara.

Ambas madres de familia coinciden en que los procesos para adopción deberían ser iguales de estrictos, pero más ágiles, particularmente en lo que refiere a la liberación jurídica de los menores para ser candidatos a adopción, aunado a que algunos solicitantes demoran hasta 10 años o más en ser considerados por el DIF estatal como posibles madres y padres adoptantes.

 

MAAZ