La Semana Santa representa para varias localidades del país un atractivo turístico, por su representación de la Pasión de Cristo. Chihuahua, Guanajuato y San Luis Potosí son algunas de las entidades que atraen a turistas religiosos por sus festejos.
La festividad Comonorirawachii, en la comunidad rarámuri, en Chihuahua, es única en el mundo, pues se conjuntan la cultura prehispánica y la religión católica, en la que se representa la lucha entre aliados de Dios (soldados) y los guerreros del Diablo (fariseos) para nutrir el alma y hacer conexión con las tradiciones de la cultura rarámuri.
“Es un fenómeno muy nuevo y lo sagrado, lo popular, atrae y eso hace que se impulsen las representaciones religiosas”, indicó Jorge Trasloheros, académico del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM y especialista en religión.
Señaló que México es un país de tradiciones y expresiones culturales “maravillosas” y las escenificaciones en Semana Santa son una forma de arropar y animar la fe católica.
“Muchos católicos se mueven y quieren participar en los eventos. Entonces, las parroquias se tienen que organizar para atender a los turistas”, dijo.
La Procesión del Silencio en San Luis Potosí es la segunda representación de la Pasión y la Muerte de Cristo más grande es su tipo del mundo. Traído por los padres Carmelitas, se comenzó como un acto de devoción hacia la Virgen de la Soledad del Templo del Carmen.
Alrededor de 30 Cofradías realizan el recorrido en total silencio, acompañados tan sólo del sonido de tambores y trompetas.
En Dolores Hidalgo, Guanajuato, hogar de la Virgen de los Dolores. La celebración comienza en la parroquia de los Dolores con una procesión en la cual la Virgen recorre las calles del centro histórico y se recuerdan los siete dolores que padeció durante la
crucifixión de su hijo Jesús.
La Concanaco Servytur señaló que calculan que, este año, los días de asueto de Semana Santa sea una temporada de reactivación económica, tras tres años de pandemia.
Prevén que los paseantes que decidan hacer turismo religioso generen una ocupación hotelera de entre 50 y 70 por ciento. Se calcula que el turismo religioso deja una derrama económica cada año de alrededor de 20 mil millones de pesos, pues México es receptor de este tipo de turismo junto con El Vaticano e Israel.
MAAZ