Javier Armenta, Iván Cisneros y José Alexis Rojas, estudiantes de la UdeG, presos en la cárcel Puente Grande, en Jalisco, esperan tranquilos que este martes se reanude la audiencia de vinculación a proceso, por delito de despojo del que los acusan, aseguran familiares y amigos.
Los tres pernoctaron durante 140 días en el Parque de Huentitán para impedir que dos inmobiliarias construyeran departamentos. En solidaridad, compañeros y la comunidad universitaria se plantaron frente a Casa Jalisco para exigir al gobernador Enrique Alfaro, la liberación de los ambientalistas, pues aseguran que el Ejecutivo local influyó en la decisión de encarcelarlos.
Compañeros y familiares señalan los presos son estudiantes aplicados, dedicados a deportes, como el baile y el futbol, y sobre todo al bien común de sus localidades. Francisco Javier Armenta Araiza, de 31 años, es hijo de Margarita Araiza, quien quedó viuda cuando mataron a su esposo; Javier tenía sólo 10 años.
Porque no quería que su hijo cayera en las garras del pandillerismo y la delincuencia, al vivir en Huentitán, una zona de pobreza económica, pero riqueza natural e histórica, Margarita se hizo cargo de la manutención familiar e inscribió a su hijo en una escuela de futbol y en clases de baile. Ahí aprendió lo que significa el trabajo en equipo, la disciplina y el cuidado de propio cuerpo y salud física.
El joven desarrolló habilidades sorprendentes como bailarín de salsa. Incluso en plena adolescencia comenzó a dar clases de baile en diversos parques para que niños, jóvenes y adultos disfrutaran de actividades recreativas en espacios públicos. Al crecer, Javier estudió su carrera en la Universidad de Guadalajara (UdeG). Se interesó por la lucha estudiantil, y llegó a líder de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), de 2019 a 2022. En la actualidad, cursa una maestría en Innovación Social y Gestión del Bienestar en Centro Universitario de Ciencias Económicas y Administrativas (CUCEA).
Desde hace años, Javier Armenta comenzó a involucrarse en la defensa de los parques, las áreas verdes y el medio ambiente, por una invitación de un vecino de Huentitán, don Arturo, quien vio en este joven apasionado un líder nato.
Era sólo cuestión de tiempo para que Armenta organizara a los vecinos de Huentitán para transformar aquellos lugares descuidados, que era la responsabilidad de los gobiernos municipales, estatales y federales.
Se limpiaba el terreno, se plantaban árboles para que la gente jugara y se divirtiera en familia. A la par, arrancó con clases de salsa en el Parque el Mirador, que, aseguran testigos, eran altamente concurridas. Sin darse cuenta, la conciencia y responsabilidad del cuidado al ambiente lo convirtió en un férreo defensor del Parque Natural Huentitán.
“Las niñas y niños son otro de los motivos fuertes que lo llevan a luchar. Armenta es consciente del beneficio que representa un parque. Al haber perdido a su padre a corta edad, piensa que su futuro no sería el mismo si no hubiera encontrado refugio en un parque. Fue ahí donde conoció a su primer entrenador de fútbol y tuvo la oportunidad de superarse y salvarse”, expresan sus amigos y vecinos.
“Es por las niñas y niños de su barrio que defiende en cuerpo, alma y espíritu al Parque Resistencia Huentitán. Para que ellos, así como él, gocen de un espacio donde jugar y aprender, en lugar de estar en las calles y ser reclutados por las pandillas o terminar en malos pasos”, dice uno de sus compañeros.
El rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva, al negar las declaraciones vertidas que la parte acusadora hizo ante el juez de control que sigue la denuncia en contra de los muchachos por el delito de despojo, la cual sostienen que los estudiantes ingresaron armados al predio (Parque de Huentitán) a invadirlo, al referirse a Armenta dijo: “él es un joven que cree que con clases de baile se puede cambiar el mundo. En su vida ha tocado una pistola”.
Por su parte, Mara Robles, recuerda que cuando era diputada, Armenta y sus amigos la perseguían con tenacidad en los pasillos del Congreso del Estado para contarle lo que pasaba en Huentitán. Fue ahí cuando supo la historia de vida del jovencito.
“A su padre lo mataron cuando él tenía 10 años y a estas alturas no recibe justicia. El deporte y las clases de salsa lo salvaron de las pandillas. Por eso se vuelve importante para el bailar; no es una frivolidad. Me consta que lejos de ser los ricos de la ciudad, se aferraron a defender la causa y eran incapaces de usar una resortera. Bromeaba con ellos diciéndoles que se creían los Che Guevara de la Calzada Independencia (Huentitán). Esos muchachos están en la cárcel en representación de todas las personas que exigen que se cumpla la ley en Jalisco, en representación de las personas que exigen respeto al espacio público", subraya Robles.
CON EL DERECHO EN LA SANGRE
Iván Ilich Cisneros tiene 27 años. Cursa la licenciatura en Derecho. No le gustan las injusticias. Es un joven deportista, aficionado al Atlas. “Activista y revolucionario”. Así lo definen sus amigos.
Viene de una familia de abogados que vela por los derechos de los más desprotegidos. Su mamá es maestra y toda su vida ha deseado cambiar con la educación la vida de los jóvenes. Su padre, Omar Cisneros, es abogado y está preocupado porque sabe cómo se maneja la justicia en México, pero en especial porque fue él quien le enseñó desde pequeño a sus hijos que el Derecho sirve para ayudar a quienes más lo necesitan y fue su ejemplo lo que motivó a tres de sus hijos a estudiar la licenciatura en Derecho. Sin embargo, hoy está preocupado porque “sospechosamente” su hijo menor “se estaría enfrentando a un juzgador corrupto y la presunta intervención del Poder Ejecutivo en el Judicial”
“Siento impotencia. El país se divide en tres poderes y no es posible que aquí y en el país se concentre en un sólo poder las decisiones. Cuando son tres poderes y en contrapeso. Estoy preocupado que no se esté aplicando la justicia como debe de ser, por presión de gobernantes en turno. Mi incursión en las leyes fue para ayudar a los que menos tienen. Mis tres hijos son abogados, ya sea litigando o no, hemos caminado y velado por la gente que menos tiene. Uno de mis hijos tiene una asociación civil e Ilich desde muy pronto comenzó a llevar agenda de la gente más necesitada en colonias marginadas de Zapopan.
Yo digo que la palabra convence, pero el ejemplo arrastra. Son cuestiones de valores familiares que tratamos de trasmitirles a los hijos convencidos en ayudarnos unos a otros, especialmente a los que menos tienen. Eso fue lo que me motivó a mí a estudiar
derecho", comentó en entrevista con El Heraldo de México.
La madre de Iván es maestra de doble turno. Ella y su familia realizan labor social, ayudan a gente pobre proporcionándoles despensas, en las posadas juntan juguetes entre los conocidos y las entregan a niños en colonias populares, además brindan asesorías jurídicas a quienes lo necesitan y no tienen dinero para contratar abogado.
“Está muy asustada al saber que tenemos un luchador en el ring, muy fuerte, muy poderoso. Ayer que fuimos (al Penal de Puente Grande) vimos que están tranquilos. Eso se lo transmitimos a ella, para que esté más tranquila. Mi esposa hace tres funciones: ama de casa, maestra de secundaria y en una primaria. Nosotros somos una familia de la cultura del esfuerzo. Pero si tenemos un peso y podemos repartir el otro, ¡vamos a hacerlo! No nos vamos a desprender de lo que no nos sirve, sino de lo que podamos compartir con la gente que necesita más. Ella y yo somos de origen humilde y hemos crecido en base a la cultura del esfuerzo. Tenemos lo necesario, lo mínimo indispensable para vivir", añadió Cisneros.
RECHAZA LAS INJUSTICIAS
José Alexis Rojas Umanzor tiene 24 años. Estudia la licenciatura en Derecho; cursa el noveno grado. Y también trabaja para sostener su preparación académica. Su familia la integran siete miembros: papá, mamá y él es el menor de cinco hermanos. Su madre es de origen salvadoreño y es ama de casa. Su papá, José, trabaja como conductor de camiones de carga.
Es un deportista aficionado al fútbol, práctica balompié con sus amigos de lunes a miércoles. Desde cuando estudiaba en la preparatoria 17 ubicada cerca del Parque Montenegro comenzó a brindar apoyo en un centro de intervención deportiva para ayudar a otros.
“Es un chavo deportista que le encanta el futbol. No le gustan las injusticias. Es un chavo que estudia y trabaja. Poco a poco se ha ido superando. Es un joven estudioso, con calificaciones arriba de ocho”, nos comentó Alejandro, su amigo cercano, quien también estuvo a su lado en la lucha de la defensa ambiental del Parque Huentitán.
“Es una injusticia. Claro, teníamos en cuenta que cuando todos entramos al predio podría suceder algo así, pero el juez que tocó, ni siquiera pudimos meter las manos para poderlo defender. Dicen que entramos con armas, pero pueden checar los videos, ahí se ve claramente que los estudiantes entramos con los arbolitos. Creo que están a punto de arruinarles la vida a tres jóvenes estudiosos. Ustedes pueden checar el promedio de calificación que tienen. Ellos se dedican a estudiar y además trabajan. El hecho de que los estén incriminando es perjudicial para ellos, como estudiantes, y para toda la sociedad, porque (las autoridades) están reprimiendo también los derechos de los ciudadanos.
Cuando toman esas represalias por expresarse (a favor de un parque), está cañón". Javier Armenta junto con Iván Cisneros y José Alexis Rojas esperan este martes la reanudación de la audiencia de vinculación a proceso, están acusados del delito de despojo, tras pernoctar durante unos 140 días en el Parque de Huentitán para impedir que dos empresas inmobiliarias construyeran diversas torres de departamentos. En solidaridad, compañeros y la comunidad universitaria plantaron un campamento frente a Casa Jalisco exigiendo al gobernador Enrique Alfaro, la liberación de los jóvenes ambientalistas.
CONTRASTA EL JUEZ
En contraste, el juez Felipe de Jesús Rivera Gallegos tiene un pasado político. Fue diputado en el Congreso local por el Partido Acción Nacional, en la LXI Legislatura. Como juzgador ha protagonizado decisiones polémicas, Rivera Gallegos fungió como parte del tribunal de enjuiciamiento que actuó con tibieza contra el futbolista Joao Maleck, quien provocó un accidente automovilístico al conducir en estado de ebriedad, provocando la muerte de dos jóvenes recién casados y dejando huérfanos a dos niños. El juzgador dictaminó de forma favorable para el causante del accidente. Entonces también se rumoró que un funcionario de alto nivel habría solicitado que se tuviera benevolencia con el inexperto y arrepentido joven,
En otras controversiales resoluciones están la prisión preventiva oficiosa contra una mujer sin perspectiva de género, y también, en el caso de abuso sexual infantil que sucedió en Tequila, entonces dejó libre al agresor señalado de abusar de una niña.
Ahora es cuestionado por la comunidad universitaria porque el juez Rivera Gallegos aprovechó las vacaciones del juzgador titular del caso para sospechosamente darle celeridad al asunto que involucraba a los estudiantes. Eso ha levantado sospechas y se le
señala como un "Juez a modo"; para intenciones oscurecen el caso de los estudiantes de la UdeG.
“Un juez que en las vacaciones aprovechó la ausencia del juez principal para tratar de imputarlos. Ha sido evidente la rapidez, la aceleración con la que han tratado de llevar este asunto. Eso fue lo que nos generó desconfianza en el período vacacional. Los juicios en Jalisco tardan años, pero justo cuando se va de vacaciones el juez que trae el asunto, un juez toma de manera ilegal el asunto, los cita, los cita y los cita. Teníendo COVID-19 (los jóvenes) y un justificante por diez días, los cita en tres días. ¡Verdaderamente se ve el uso político!”, denunció el rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva Lomelí.
Sin embargo, hay un vínculo que le impediría éticamente involucrarse en este asunto como juzgador y es el estar casado con María Cristina Estrada Domínguez quien fuera regidora y ex síndica tapatía, ligada al Partido de Movimiento Ciudadano. Ella ha laborado en el Ayuntamiento de Guadalajara desde 2007 al 2023, tiempo en donde se tomaron decisiones importantes en el caso Puerta Guadalajara, a beneficio de las empresas constructoras, que por cierto, no han cumplido con los acuerdos para tener el control del proyecto en la zona de la Barranca de Huentitán. Todos estos detalles serían elementos suficientes para que declinara la jurisdicción del caso, como señala la ley, porque conflicto de intereses vinculados a un familiar cercano.
MAAZ