La educación a distancia se convirtió en la opción natural para que alumnos de todos los niveles educativos no perdieran clases, ante la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus. Si bien esta estrategia gubernamental redujo la brecha digital, pues permitió mayor acceso a internet a la población en edad escolar, también dejó al descubierto el rezago en las zonas rurales.
De acuerdo con un estudio del Coneval, basado en el programa Aprende en casa, en las zonas urbanas pudieron implementar educación a distancia sin mayor problema, pero en las rurales debieron ser flexibles con las modalidades: Hubo casos de clases semipresenciales y hasta usaron el servicio de paquetería para cubrir los programas.
Además, miles de familias debieron endeudarse para comprar las herramientas tecnológicas, como teléfonos móviles, tabletas y computadoras de escritorio o portátiles, así como con la contratación de planes de internet o ampliación de datos celulares para cubrir las necesidades digitales.
Ahora que inicia el regreso presencial para todos los niveles, algunos padres de familia aún pagan esa tecnología, aunado los gastos de útiles escolares y uniformes, sin que hasta ahora exista una estrategia donde se puedan utilizar esas herramientas usadas en los últimos dos años de educación a distancia e híbrida.
Para el economista Luis Monroy, del Centro del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), los padres de los alumnos de educación básica llegan agotados por la inversión de bienes que no necesariamente contaban previo a la pandemia y ahora, con el regreso a las aulas, con la nueva compra de artículos.
“La restricción presupuestaria de los hogares se vio mucho más afectada por el lado de los ingresos y los gastos. Una buena parte de los hogares hizo inversiones extraordinarias para el periodo anterior, entonces llegan en el sentido de los recursos agotados, así como en salud mental como en salud emocional”, explicó en entrevista.
Consideró que la compra de computadoras y de servicios de internet de alta velocidad, pudo no ser del todo útil para asegurar el aprendizaje de sus hijos, dado que los centros escolares improvisaron métodos de enseñanza que no pudo garantizar la calidad de lo impartido.
De acuerdo con la Subsecretaría de Educación Básica del gobierno federal, 46 por ciento de los docentes consideró que hubo una alta o muy alta pérdida de aprendizaje escolar entre sus estudiantes; en secundaria se presentó el mayor rezago educativo.
Mientras, el Inegi y el Instituto Nacional de Telecomunicaciones dieron a conocer en el mes de julio que México avanzó en acortar la brecha digital, con un aumento de 4.1 por ciento en el número de usuarios de internet mayores de seis años, al pasar de 71.5 por ciento en 2020 a 75.6 por ciento en 2021, durante la pandemia.
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