Juan Ángel Garza, uno de los mineros que trabajó en la zona cerca del pozo derrumbado en Sabinas, Coahuila, dio una entrevista a Javier Alatorre para hablar sobre las condiciones en el sitio.
Aseguró que no conoce a las 10 víctimas, pero aseguró que la mina de Las Conchas debe encontrarse en uno de los puntos más riesgosos, debido a que el agua no suele entrar como lo ocurrió el miércoles pasado.
Contó que en enero de 2002 pasó por un accidente similar y a lo largo de los años se han presentado varias inundaciones. En esa ocasión, contó, tres de sus hijos murieron.
"No teníamos cómo detectar que hubiera otro cañón, otro pozo de agua", dijo.
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El líquido, narró, se llevó a los trabajadores y la maquinaria. El derrumbe en ese momento no fue tan grave, ya que los polines ofrecieron la resistencia necesaria para que algunos pudieran ser rescatados posteriormente.
Gracias a la extracción de agua por medio de bombas, se pudo liberar la zona para que un equipo pudiera bajar en una jaula para sacar a las personas que se encontraban atrapadas.
La tragedia que su familia vivió hace 20 años, aseguró, seguirá repitiéndose a menos de que se brinden los equipos y protocolos de seguridad para impedir que las filtraciones de agua ocasionen derrumbes.
"Ahí hay que meter la turbina para empezar a trabajar para saber si hay agua o no hay agua", dijo.
Durante la charla destacó que las empresas son las que ganan el mayor rendimiento de la venta del carbón que salen de las minas; una tonelada de este mineral les puede significar a los dueños de los pozos mil pesos por tonelada.
Lo que sale de esta práctica se suele dividir de entre seis a 17 personas, el equipo, los gastos alternos, la renta de compresores y madera, entre otros.
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"Los pozos no producen mucho carbón; al rededor de 300 toneladas por semana", dijo.
Al final un minero no tiene un ingreso fijo, destacó que dependiendo de la calidad del carbón, podría ganar en promedio tres mil pesos a la semana. En esta práctica, además, los trabajadores se enfrentan al calor, a las corrientes de aire, así como el riesgo a morir.
Sobre el pozo derrumbado en Sabinas, indicó que es necesario aumentar los esfuerzos, ya que hay posibilidad de que encuentren a alguien con vida.
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