Ricardo Sánchez Luna es un papá muy especial. Tiene 54 años y desde hace ocho, cuando lo abandonó su esposa y a sus tres hijos, la más pequeña con un padecimiento que le impide moverse, fungió como padre y madre.
Su condición de padre soltero, en ese entonces con una niña de 12 años, otro de nueve y una bebé, lo orilló a tener cuatro empleos: albañil, cargador, chofer y encargado de un departamento en el Banco de Alimentos.
Se esforzó para tener una casa propia, se compró un coche y ahora adquirió una camioneta para llevar cómodamente a la más pequeña.
“A veces sí se cansa uno, pero eso no es problema; algunos no entienden y huyen a los problemas, así como la mamá de ellos huyó, pero aquí estoy y me siento orgulloso; creo que fue mejor que se fuera la señora”, aseguró el hombre originario de Toluca.
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