EDOMEX

Rosario Jaramillo, la mujer que protege a los bosques de incendios forestales en Edomex

Desde pequeña amaba los montes y la naturaleza, ahora es una heroína de amarillo que combate incendios forestales

NACIONAL

·
LABOR. Relató que a veces el trabajo es riesgoso, pues debe caminar por desfiladeros, andar varios kilómetros y llegar tarde a casa
LABOR. Relató que a veces el trabajo es riesgoso, pues debe caminar por desfiladeros, andar varios kilómetros y llegar tarde a casaCréditos: Especial

Rosario Jaramillo Osorio es de las pocas mujeres que laboran en las brigadas voluntarias de combatientes de incendios forestales de Protectora de Bosques (Probosque), un trabajo que aunque pareciera destinado sólo a hombres, le gusta hacer, lo disfruta y le permite ganar dinero.

Desde los 11 años le llamó la atención proteger el bosque. Sus primeros trabajos fueron al lado de su padre en la comunidad donde nació, El Peñón, en Temascaltepec.

Previó a comenzar a hacer brechas cortafuego, relató que desde niña le ayudaba a su padre a combatir incendios.

Hace apenas dos años le hicieron un espacio y la dejaron trabajar de manera voluntaria en lo que le gusta, que es apagar incendios o hacer trabajos para evitar que las llamas se extiendan en la masa forestal.

"A mi me gustaba, pero me decían tú no vas a hacer lo que los hombres hacen. Y ahora que hubo oportunidad aquí estoy, si me dan chance seguiré adelante", dijo.

Con siete hijos, su esposo la abandonó a su suerte, por lo que siguió insistiendo en ser parte de las brigadas y convertirse en chamusquina. Incluso alentó a otras mujeres, pero todas le daban respuestas negativas y la cuestionaban.

“Invité a amigas, a apagar los incendios, pero ninguna quiso, me decían ‘cómo crees que vas a ir con los hombres, ese trabajo es para ellos’. Pero una también puede”.

Rosario no escuchó los comentarios negativos y se enfocó en tratar de cumplir sus sueños, pues además tenía que buscar la forma de ganar el sustento como madre soltera.

Con una sonrisa, dijo que ahora lleva dinero para mantener a cuatro de siete hijos que aún van a la escuela, pues ella es la única que genera ingresos.

Reconoció que el trabajo es pesado, peligroso y riesgoso, pues a veces tienen que trabajar por desfiladeros, caminar kilómetros, llegar de madrugada a sus casas o no llegar y sacrificar el tiempo familiar.

A veces sus cuatro hijos menores de edad reclaman más tiempo para ellos, pero les recuerda que es la forma en la que los puede mantener y mandarlos a la escuela, por lo que considera que es la forma de sobrevivir.

Cuando hace su trabajo se siente feliz porque le ha costado esfuerzo pertenecer a las brigadas, pero sabe que la tenacidad ha sido primordial.

CAR