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Mente Mujer: Violencia de género doméstica, un monstruo en casa

María Elena Esparza Guevara, maestra en Desarrollo Humano y activista por el derecho a la conciencia corporal, nos guía para entender la prevención de la violencia de género doméstica

Mente Mujer: Violencia de género doméstica, un monstruo en casa
Las agresiones se pueden clasificar en psicológica, patrimonial, económica, física y sexual Foto: EHDM

¿Qué es la violencia de género doméstica?

Se le puede llamar así a todas las agresiones que suceden en el interior del hogar hacia las niñas y mujeres. Se pueden clasificar, de acuerdo con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en psicológica, patrimonial, económica, física y sexual. Se manifiestan desde palabras hirientes, burlas, amenazas, aplicar la ley del hielo o stalkear en redes sociales a la pareja hasta rasguños, golpes y abuso sexual, y en el caso más extremo el feminicidio. Los datos de organismos como el Inmujeres revelan que, en 8 de cada 10 casos, el agresor de las mujeres es su pareja o expareja; incluso en violación, que podría pensarse ocurre más en el espacio público, la mayor incidencia se reporta dentro del hogar y en el caso de las niñas son los tíos los principales perpetradores: una realidad triste y que es urgente visibilizar para que ellas sepan que nunca es su culpa, tampoco es normal y que pueden alzar la voz.

¿Cuál es el estado anímico y psicológico de las personas que han sido víctimas de violencia de género en el hogar?

Depende de muchos factores: el tipo de violencia de género que hayan sufrido, si es la primera vez que las agreden o si es una violencia recurrente, también se puede modificar conforme cambia la forma en que son violentadas; por ejemplo, al pasar de violencia psicológica a física también habría cambios en los efectos emocionales. La historia de vida de cada víctima y su personalidad también son factores a considerar, por ejemplo, si una mujer es agredida por su pareja actualmente pero durante la infancia vio o padeció violencia. Así como cada cabeza es un mundo, también cada cuerpo lo es.

En general, podemos hablar de que las mujeres que sufren violencia de género en el hogar ven afectada su autoestima y su autoconcepto; entre más tiempo la sufran, más profundas serán la huellas y afectaciones que deje. Suele existir confusión, porque la violencia machista es estructural y se encuentra normalizada socialmente, lo cual implica que la víctima puede llegar a creer palabras de su agresor como que es una exagerada, dramática, loca, o intensa; también puede creerle que la cela porque la quiere o la controla para protegerla. Es muy frecuente detectar bloqueos emocionales, que son un mecanismo de supervivencia que la víctima despliega para no sufrir: si no siento, no sufro; se profundizan al no poder expresar las emociones que provoca la violencia, precisamente porque al expresar su enojo o tristeza será llamada exagerada, dramática, loca, o intensa: es un círculo vicioso. Aquí es donde la conciencia corporal aparece como una poderosa herramienta para detectar las formas en que se somatizan las emociones asociadas a la violencia de género, empoderar a la víctima y acompañarla a que recupere la confianza en sí misma, fortalezca su autoestima y sepa que no es su culpa, no es normal y puede romper con el círculo.

Hacer contacto con el propio cuerpo nos permite sentir; sentir permite sufrir y sufrir nombrar la causa del sufrimiento. Siempre recuerdo que Marcela Lagarde afirma que lo que no se nombra no existe y he comprobado que nombrar lo que nos causa dolor y bloqueo, abre un proceso de sanación.

¿Cuáles son las 5 acciones para prevenir la violencia de género en el hogar?

Visibilizar que la violencia de género en el hogar existe y no se limita a los golpes, sino que hay muchas formas.

Conocer el Violentómetro, que desarrolló el IPN con las escalas de agresión.

Levantar la voz: con frecuencia, la víctima no está lista para hablar de lo que sufre, pero como amigas, vecinas, compañeras de trabajo, familiares podemos acercarnos y decirle que no está sola.

A la primera agresión, buscar acompañamiento de la red de apoyo o de instituciones que dan ayuda jurídica y psicológica.

Si la violencia de género es cometida contra una niña: siempre, siempre creerle cuando te dice que algo está mal, que alguien la toca o cualquier cosa inapropiada.

3 puntos claves para identificar si soy víctima de violencia de género en el hogar

Me enfocaré en claves para reconocer la violencia psicológica, porque es más difícil de detectar que las formas que dejan moretones o marcas en el cuerpo, como la física o la sexual.

  1. Celos disfrazados de protección: Te dice que quiere saber dónde y con quién estás todo el tiempo para “protegerte” o porque le importas mucho, cuando en realidad está coartando tu libertad y cuestionando la confianza.
  2. Enojo contenido por temor: El mandato de sumisión atribuido a las mujeres desde hace siglos hace que el enojo sea una de las emociones cuya expresión es más castigada socialmente. Si no puedes mostrar tu enojo porque te llaman exagerada, loca o ridícula, es violencia.
  3. Chantajes que causan culpa: Si cada que tomas tiempo para alguna actividad que disfrutas tu pareja te cuestiona porque no le dedicas ese tiempo a él, es una forma de violencia emocional.

Pasos a seguir si quieres denunciar la violencia de género dentro de casa El Consejo Ciudadano de la Ciudad de México tiene un servicio de apoyo jurídico y psicológico, con perspectiva de género, que funciona 24/7, es gratuito, de alcance nacional y confidencial. Se les puede contactar por llamada o por WhatsApp —una gran opción para quienes no pueden hablar porque el agresor las escucharía— a través de su Línea Mujer y Familia y del Chat de Confianza, ambos en el 55 5533 5533.

Desde ahí, según el grado de riesgo, se canaliza para terapia, para pedir medidas de protección o levantar una denuncia y hasta acudir a un refugio porque trabajan en alianza con las autoridades de seguridad y justicia.

¿Cómo se sanciona la violencia de género doméstica?

De acuerdo al Código Penal local, en su ARTÍCULO 200: “A quien, por acción u omisión, ejerza cualquier tipo de violencia física, psicoemocional, sexual, económica, patrimonial o contra los derechos reproductivos, que ocurra o haya ocurrido dentro o fuera del domicilio o lugar que habite, Se le impondrá de uno a seis años de prisión, pérdida de los derechos que tenga respecto de la víctima incluidos los de carácter sucesorio, patria potestad, tutela y alimentos, y se decretarán las medidas de protección conforme a lo establecido por este Código y la legislación de procedimientos penales aplicable al Distrito Federal; además se sujetará al agente a tratamiento especializado que para personas agresoras de violencia familiar”.

Es importante considerar que, si bien importan las sanciones contra el agresor, es indispensable acompañar a la víctima en su proceso de fortalecimiento de la autoestima para que pueda reconstruir su vida y volver a confiar en sí misma y los demás. Las niñas y mujeres tenemos derecho a una vida libre de violencia y con pleno ejercicio de nuestros derechos.

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