Chihuahua.-Elementos la Agencia Estatal de Investigación de la Fiscalía General del Estado, con apoyo del Ejército Mexicano, capturaron en el municipio de Temoris en el corazón de la sierra alta tarahumara a Fernando F. C., alias "El Cuervo", quien tiene una orden de aprehensión por el homicidio del activista Cruz Soto Caraveo.
"El Cuervo" es identificado como un operador cercano de Noriel Portillo Gil, alias "El Chueco", y era buscado desde 2019 por el homicidio del activista ocurrido en la comunidad de Témoris. La acción se llevó a cabo la madrugada de este miércoles.
Durante el operativo, le aseguraron un arma de fuego, equipos de radiocomunicación y un vehículo con reporte de robo, por lo que será puesto a disposición del Ministerio Público de la Fiscalía de Distrito Zona Occidente, quien determinará la situación jurídica del aprehendido.
En caso de que se califique como legal su detención, se le podría otorgar la medida cautelar de prisión preventiva, con lo cual no podría salir a las calles hasta que tenga una primera audiencia con un juez. En este panorama, también se le vincularía a proceso por los delitos antes descritos.
¿Para quién trabajaba?
La figura de "El Chueco" salió a relucir a nivel nacional después de que el pasado 20 de junio asesinara a los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora, así como al guía de turistas Pedro Palma, en una iglesia ubicada en Cerocahui, Chihuahua. Debido a esto, el gobierno federal inició la persecución en contra del criminal, por el cual hay una recompensa de cinco millones de pesos.
Hasta el momento, las autoridades han buscado seguirle el paso a través de los cerros que se encuentran en la entidad, pero no han podido dar con él. Sin embargo, las operaciones han terminado con la detención de algunos de los integrantes de su grupo delictivo, así como de sus familiares.
Los datos que tienen las autoridades en torno a Noriel Portillo Gil lo colocan como uno de los brazos armados del Cartel de Sinaloa en la población de Urique. Además de ejecuciones, el criminal se habría dedicado a extorsionar, realizar el cobro de piso y además liderar a un grupo dedicado a la tala ilegal, así como a la producción de narcóticos.
Se cree que la impunidad que tenía "El Chueco" se debía a nexos con la policía local, sobornos a los funcionarios en la zona y a las amenazas en contra de las autoridades.
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