En la cultura zapoteca los muertos regresan a sus casas en los dos últimos días del mes de octubre, por lo que se les recibe con una ofrenda cargada de frutas, flores, velas, pan y la comida tradicional de la región del Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca. El culto a los muertos es una tradición arraigada en Juchitán, y se vuelve un ritual desde la construcción de los altares hasta la espera de las almas en las casas, a diferencia de otras culturas, acá en estas tierras, no se hace en los panteones.
Desde días antes comienzan los preparativos, con los rezos, la compra de todos los productos que serán utilizados, y llegado el día desde muy temprano comienzan a llegar los familiares y vecinos, quienes se suman al trabajo comunitario y colectivo para la elaboración de las ofrendas.
De acuerdo con los registros históricos, a este culto se le conoce como Biyé o Xandú que hacían los antiguos zapotecas antes de la llegada de los españoles y la iglesia católica, y que actualmente es el resultado de esas dos culturas, dando como resultado esta mezcla de la sabiduría prehispánica con las actividades religiosas.
Manuel García Sánchez, habitante de la Séptima Sección de esta ciudad, señaló que junto con sus hermanos, llevó a cabo la elaboración de una ofrenda dedicada a su madre, “Vivimos esta fiesta, fuimos educados por nuestros padres con esta tradición, y es un día en el que estamos felices porque nuestros muertos nos vienen a visitar, y aunque no los vemos, sentimos la presencia de ellos”, dijo.
Indicó que invierte más de 20 mil pesos, tan solo la ofrenda se gastan cerca de 10 mil pesos, “El altar nos costó hacerlo cerca de 10 mil pesos, pero hay gastos extras, como la preparación de los tamales, el pan para los invitados y para la gente que acude a visitarnos durante todo el día”, destacó.
Luis Enrique Hernández Esteva, cronista independiente de Juchitán, indicó que existen dos tipos de ofrendas, “Podemos observar el retablo del Bedxe (Jaguar), que simboliza los cuatro puntos cardinales, las velas, las flores, el incienso, los platanares y todos los elementos, tienen un significado prehispánico”.
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