COVID19

LAB LEAK: ¿Se escaparía el SARS2, causante del COVID, del laboratorio de Wuhan?

En base a estas coincidencias, hubo desde el principio quien especulara (por ejemplo, Bret Weinstein y Heather Heying) que el virus SARS2 pudiera haberse escapado del laboratorio de Wuhan

NACIONAL

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Evaluar eso requiere, en primera instancia, preguntar: ¿qué tan difícil es para un virus escapar de un laboratorio ‘bioseguro’? Foto: Especial

En algún momento reciente, un coronavirus que atacaba murciélagos se convirtió en el SARS-COV-2 (llamado también SARS2) que ataca—y muy bien—a los humanos: produce COVID-19. Apareció primero en Wuhan, China.

 

Por curiosa coincidencia, a escasos kilómetros del lugar donde se registró el primer caso de COVID, está el Instituto de Virología de Wuhan.

 

Ahí—nueva coincidencia—investigan coronavirus de murciélago.

 

Rematando las coincidencias, como ahora es famoso, en dicho laboratorio se dedican al aumento de función (gain of function – GOF) para hacer a los virus de murciélago más contagiosos y letales contra los seres humanos. (Oficialmente, se dice que este trabajo es para adelantarse a la posible evolución de los virus y así prepararnos para responder mejor a una futura pandemia.)

 

En base a estas coincidencias, hubo desde el principio quien especulara (por ejemplo, Bret Weinstein y Heather Heying) que el virus SARS2 pudiera haberse escapado del laboratorio de Wuhan: la hipótesis del lab leak, como le apodaron en medios anglosajones.[1]

 

¿Es arriesgada la hipótesis?

 

Evaluar eso requiere, en primera instancia, preguntar: ¿qué tan difícil es para un virus escapar de un laboratorio ‘bioseguro’?

No muy difícil, explica Nicholas Wade (la importancia de quien explico más abajo). La viruela escapó de laboratorios británicos tres veces en los años ’70 y ’80; y “desde entonces, virus peligrosos han escapado de laboratorios casi cada año.” Un ejemplo que menciona Zeynep Tufekci (cuya importancia también explicaré) es la fiebre aftosa que diezmó al ganado británico luego de fugarse de un laboratorio inglés de máxima seguridad.

 

Más al grano de nuestro tema, tenemos, dice Tufekci, que “casi todos los casos de SARS desde la epidemia original [del SARS1, en 2003] se han debido a escapes de laboratorio—seis incidentes en tres países.” Y más relevante aún: de esos, “dos en el mismo mes [escaparon] de un laboratorio de Pekín [China]—.”

 

Dado este contexto histórico, no debiera tranquilizarnos mucho que el Instituto de Virología de Wuhan tenga el nivel máximo de bioseguridad: BSL-4 (Biosafety Level 4). Sobre todo, cuando estaba documentado que sus prácticas cotidianas de seguridad eran alarmantemente malas.[2]

 

En dicho laboratorio, la principal investigadora responsable de aumentar virus de murciélago para infectar mejor a los humanos es Zheng-Li Shi: la ‘batichica,’ como desde hace años le apodan (bastante famosa en medios inclusive antes del COVID). ¿Pudiera haberse escapado uno de sus virus?

 

Zheng-Li Shi ha “negado furiosamente,” se reportó en abril 2020, “que el novedoso coronavirus haya escapado de su laboratorio en el Instituto de Virología de Wuhan” y defiende una teoría alternativa de su origen: “dice que [el SARS2] se ha difundido porque ‘la naturaleza está castigando a la raza humana por adoptar hábitos de vida incivilizados.’ ” Con cierta vehemencia ella ha escrito:

 

  • “ ‘Juro por mi vida que [el SARS2] no tiene cosa alguna que ver con mi laboratorio en Wuhan’ ” y “dice ahora a quienes preguntan si su laboratorio pudiera estar conectado con la liberación del coronavirus que ‘se callen sus bocas apestosas.’ ”[3]

 

En los primeros meses de la pandemia, empero, Zheng-Li Shi no se veía tan confiada. Había dicho que “perdía sueño preocupada de pensar que el virus pudiese haber escapado de su laboratorio en Wuhan.” Ahora duerme tranquila, dice, luego de una investigación según cual ninguna de las secuencias virales recuperadas de los primeros pacientes infectados en Wuhan corresponde a los virus de murciélago cosechados por ella y sus colegas. Pero dos cosas nos justifican una duda. La primera es que aquella investigación consistió en una búsqueda realizada por Zhengli-Li Shi en los registros de Zhengli-Li Shi.[4] La segunda es que, como relata Nicholas Wade, esos registros “han sido sellados” por el gobierno chino: nadie sabe qué realmente contienen.

 

En vista de todo lo anterior, que el SARS2 fuera creado por ingeniería humana en el laboratorio de Wuhan y escapara de ahí por un descuido es una hipótesis obvia que desde el principio debió ser puesta en primera página por los grandes medios occidentales. ¿Eso hicieron? Para nada. Por el contrario, los Big Media se dedicaron—con sobrada emoción—a ningunear y ridiculizar esta hipótesis.

 

Para que eso cambiara hubo que esperar a mayo de 2021 cuando Nicholas Wade publicó en el Bulletin of the Atomic Scientists un artículo evaluando contra la evidencia las dos hipótesis de interés: el posible origen natural del SARS2, por un lado, y por el otro lado su posible escape del laboratorio de Wuhan.[5] Solo a la postre de Wade se ha vuelto políticamente correcto—o mejor dicho, casi obligado—considerar en los grandes medios la segunda hipótesis: el lab leak.

 

Nicholas Wade, y su impacto a favor del lab-leak hypothesis

 

Para tomarle el pulso al cambio en medios urdido por Nicholas Wade, el ejemplo relevante y suficiente es el del New York Times, pues su prestigio pone la pauta para el resto de los Big Media.

 

Antes de Wade, en septiembre 2020, el periódico más famoso del mundo participaba a sus lectores que las redes sociales Facebook e Instagram habían etiquetado de “información falsa” lo dicho por el virólogo chino Li-Meng Yan a Tucker Carlson de FOX NEWS.[6] Según aquel virólogo chino, el SARS2 tenía que ser producto de laboratorio. Pero eso, insistía el New York Times, repetía información que “varios fact checkers [comprobadores de datos] independientes dicen es falsa.”

 

Además, según afirmaba el diario, “las agencias de inteligencia” y “científicos que han estudiado la genética del virus” consideraban la teoría del Dr. Li-Meng Yan una tontería.

 

Colmo de colmos, observó el New York Times en el cierre, el científico chino había publicado sus opiniones, según The Daily Beast, en revistas “ligadas a Steve Bannon, el anterior consejero del Presidente [Donald] Trump, quien fuera recientemente acusado de fraude.”

 

El sesgo estaba claro: solo operadores fraudulentos de Trump, o sus partidarios en FOX NEWS, dirían jamás disparates como éstos—disparates que ya habían sido revisados y declarados falsos por científicos respetables y por las máximas autoridades de la verdad: Facebook, Instagram, y la CIA—.

 

Así estuvieron las cosas durante largo tiempo, con casi todos los Big Media, falderillos del New York Times, ninguneando la hipótesis del lab leak. Pero luego vino Nicholas Wade en mayo de 2021 y al mes de eso, en junio, una voltereta de 180 grados: el NYT se sintió ahora obligado de publicar un artículo de Zeynep Tufekci con el título: “¿De Dónde Vino el Coronavirus? Lo Que Ya Sabemos Es Preocupante.”[7]

 

Las investigaciones de Zhengli-Li Shi, ahora resultaba, ya habían causado, desde hace años, mucha preocupación en círculos académicos internacionales. Y existen conexiones muy interesantes, nos dice Tufekci, entre el COVID-19 y el trabajo de la ‘batichica.’

 

Un equipo del Instituto de Virología de Wuhan había colectado muestras de una cueva en Yunnan donde, en 2012, unos mineros de guano de murciélago habían cogido unas neumonías harto misteriosas. El virus responsable, llamado 4991, era idéntico—como demostraron investigadores independientes—a un virus llamado RaTG13 que la propia Zhengli-Li Shi había dicho, en febrero de 2020, era uno de los suyos.

 

Dichas demostraciones forzaron a la ‘batichica,’ en julio del mismo año, a confesar que, efectivamente, RaTG13 y 4991 eran el mismo virus—ella le había cambiado el nombre—. ¿Por qué le cambió el nombre? Quien sabe. Pero resulta que RaTG13 es casi idéntico al SARS2, causante del COVID-19 (al 96.2%).

 

Hm…

 

No hay que olvidar, tampoco, el trasfondo político, también comentado por Zeynep Tufekci: el gobierno chino hizo sobrados esfuerzos por esconder información y entorpecer las investigaciones del origen del virus.

 

Todo lo cual vuelve curioso que Tufekci haga como si no tuviéramos razones suficientes para preferir la hipótesis del escape de laboratorio sobre la de un origen natural. Pero por lo menos Tufekci sí considera muy seriamente el lab leak y esto—para el New York Times—representa una transformación radical.

 

Ese cambio se debe en parte al prestigio de Nicholas Wade—“un divulgador de ciencia, editor, y autor que ha trabajado para Nature, Science [las revistas científicas más prestigiadas del mundo], y, por muchos años [anteriormente], para el New York Times.”[8] Y se debe, también, a su presentación tan contundente: a favor del lab leak, como deja claro Wade, hay un tsunami de evidencia; a favor de un origen natural no hay casi nada.

 

Para un antropólogo político interesado en el funcionamiento de las grandes instituciones (mi caso) la pregunta es: ¿Por qué sería que, anterior a Wade, durante año y medio, la reacción inicial y duradera de medios, funcionarios, y académicos occidentales fue tan hostil hacia cualquier expresión del lab-leak hypothesis?

 

¿Por qué la extraordinaria vehemencia de los Big Media contra el lab leak?

 

Se acusó con cierta vehemencia que la hipótesis del lab leak era ‘racista’ (contra chinos o asiáticos). Eso sirvió para promover autocensura, pues todo mundo corre a refugiarse del adjetivo (fenómeno que antes he analizado).[9] Pero no es racista pedir que se investigue la responsabilidad del gobierno chino; pudiera ser racista entorpecer el esfuerzo de averiguar quién infectó a los chinos de a pie, y eso fue lo que lograron estas acusaciones.

 

Los partidarios del lab leak fueron también acusados de hacer ‘teoría de conspiración,’ sinónimo para muchos de ‘tontería paranoica.’ Pero decir que el virus pandémico, por malas prácticas de seguridad, pudiera escapar del laboratorio de Wuhan, es proponer la hipótesis de un descuido. No habla de conspiración.

 

Acusar ‘teoría de conspiración,’ me parece, era más bien la forma de intimidar preventivamente a quien sintiera la tentación de dar el paso siguiente: responsabilizar al gobierno chino de una mala intención. Pero no es obvio—inclusive dentro de la gramática política dominante—que dicho paso debiera ser motivo de indignación y/o burla, pues no todas las teorías de conspiración son políticamente incorrectas.

 

Por dar un ejemplo, en EEUU, a partir de 1947 y durante los años ’50, se acusó de forma oficial (es decir, desde lo más alto del gobierno estadounidense) que la Unión Soviética había lanzado un gran programa para infiltrar toda la sociedad y gobierno estadounidenses. Y se lanzó una gran cacería oficial de brujas contra los gringos de a pie para encontrar a los supuestos agentes soviéticos que, según decían, por todos lados pululaban a escondidas.[10]

 

¿Qué nos enseña este ejemplo? Que la burla a las ‘teorías de conspiración’ no pega parejo: es asimétrica. Ello obedece a la siguiente gramática: los grandes medios se mofan si el acusado de hacer cochinadas en secreto es el gobierno de EEUU; pero si el acusado es un enemigo de Estados Unidos, las teorías de conspiración son totalmente aceptables y aceptadas.

 

Luego entonces, aquí había una anomalía gramática. Pues no obstante que la dictatura totalitaria china ya se enarbola públicamente como nuevo gran rival y enemigo de Occidente, los medios, funcionarios, y académicos más importantes de Occidente habían salido urgentemente al paso a denostar—y no a considerar—la hipótesis que identifica el origen del SARS2 en el laboratorio de Wuhan.

 

¿Por qué?

 

¿A qué responde ese reflejo furioso de nuestras instituciones occidentales por acusar ‘teoría de conspiración’—‘locura paranoica’—y defender la presunta virtud impoluta de científicos y gobierno chinos? ¿Y por qué tanta pasión a favor de la censura, buscando acusar inclusive de ‘racismo’ a quien osare defender el lab leak?

 

En su muy comentado artículo, Nicholas Wade explica así la conducta de los más influyentes periodistas: ellos seguían la pauta de dos manifiestos publicados por importantes virólogos y expertos de enfermedades infecciosas.

 

Uno se había publicado en Nature Medicine, un spinoff de Nature, la revista científica más prestigiada del mundo. Sus cinco autores—liderados por Kristian G. Andersen del Scripps Research Institute—afirmaban en una carta al editor (es decir, no en un artículo científico) que el origen del SARS2 tenía que ser natural.[11] Sus argumentos fueron débiles y Wade los ha hecho pedazos.

 

Dos semanas después, en apoyo a dicho manifiesto, Nature—que había estado publicando las investigaciones GOF de la ‘batichica’ Zhengli-Li Shi—añadió una “nota del editor” a una publicación científica donde ella y colegas reportaban sus éxitos aumentando coronavirus de murciélago para infectar mejor a los humanos:

 

  • 30 marzo 2020. Nota del editor, marzo 2020: Estamos conscientes de que este artículo se está usando para teorías sin verificación de que el nuevo coronavirus causante del COVID-19 es producto de ingeniería. No hay evidencia de que eso sea cierto; los científicos consideran que un animal es la fuente más probable del coronavirus.”[12]

 

El otro manifiesto, firmado por 27 expertos, se había publicado en The Lancet, la revista médica que—junto con el New England Journal of Medicine—es la más prestigiada del mundo. Su título reza: ‘Postura a favor de los científicos, profesionales de salud, y profesionales médicos chinos que combaten el COVID-19.’ El texto denuncia “los rumores y desinformación en torno a [los] orígenes [del SARS2].”[13]

 

Los autores declaraban—con bombo y platillo—que el origen natural del SARS2 estaba ya demostrado: “Cerramos filas para condenar enérgicamente las teorías de conspiración que sugieren un origen no natural para el COVID-19.” La Organización Mundial de la Salud (OMS), afirmaban confiados, coincidía con su postura. En el cierre, solicitaban a sus lectores firmar una petición a favor de su manifiesto (a la fecha han conseguido poco más de 20,000 firmas) y protestaban: “Declaramos que no tenemos conflictos de interés.”

 

Pero sí había conflictos de interés.

 

El cofirmante Peter Daszak, nada menos que el responsable de organizar y preparar aquel manifiesto, es presidente de EcoHealth Alliance (Nueva York), órgano que fondea trabajo de aumento de función (GOF) para coronavirus de murciélago en—¿estamos poniendo atención?—el Instituto de Virología de Wuhan. Dichos fondos van directamente a la ‘batichica’ Zhengli-Li Shi.

 

Peter Daszak—el mismo—fue incluido en el equipo que envió la OMS a Wuhan con la presunta consigna de investigar el origen del SARS2, explica Wade. La composición de dicho equipo, y su acceso a la evidencia, fueron ambos celosamente controlados por el gobierno chino.

 

Al público, Peter Daszak y sus compañeros de equipo “afirmaban sin cese antes, durante, y después de su visita [a Wuhan] que [la hipótesis] del escape del laboratorio era muy poco probable”—no obstante que, como señala Wade, “los chinos no tenían evidencia alguna que ofrecer al equipo [de la OMS] en apoyo a la teoría del origen natural”—. El reporte de la OMS concluyó (quién sabe cómo) que era “extremadamente improbable” que el SARS2 hubiese escapado de un laboratorio.

 

Ahora bien, esos fondos que Peter Daszak—a través de EcoHealth Alliance—ha estado redirigiendo a Zhengli-Li Shi en el Instituto de Virología de Wuhan provienen del National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos. Fueron autorizados a pesar de que había una ‘pausa’ oficial: una prohibición temporal en contra de estas investigaciones. Y los autorizó Anthony Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases (NIAID) del mismo NIH.

 

Anthony Fauci es, también, el funcionario responsable de la respuesta estadounidense a la crisis del COVID-19.

 

Y debo añadir un detalle que esquivó la atención de Wade: “el laboratorio de Wuhan … tiene lazos fuertes con el Galveston National Laboratory del University of Texas Medical Branch.”[14] Este laboratorio de Galveston, explica Wikipedia, tiene nivel de bioseguridad BSL-4 (el más alto) y fue creado por el NIH del gobierno federal estadounidense—según la justificación oficial—“para ayudar a defender de ataques bioterroristas.”[15] (A raíz de la pandemia, el Departamento de Educación estadounidense ha iniciado una investigación que obliga a la Universidad de Texas a responder sobre las relaciones íntimas entre Galveston y Wuhan.[16])

 

Entonces, suponiendo, como indica el grueso de la evidencia, que el origen del SARS2 sí fuera el Instituto de Virología de Wuhan, todo lo anterior sugiere—y Wade lo dice—que cualquier responsabilidad del gobierno chino en la pandemia de COVID-19 sería igualmente la responsabilidad del gobierno estadounidense.

 

Y por su complicidad en tapar el asunto, sería también responsabilidad de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 

Como era de esperarse, a la postre de Wade hemos visto duros cuestionamientos para Anthony Fauci en el Congreso de Estados Unidos.[17] Pero no se ve que los actores involucrados en este complejo de intereses hayan escarmentado luego de estallada la pandemia, o que se hayan iniciado reformas o controles para moderar, balancear, o revisar las articulaciones institucionales tan problemáticas que venimos de repasar.

 

Por el contrario, Kristian G. Andersen (líder del primer manifiesto contra la hipótesis del lab leak) y Peter Daszak (líder del segundo manifiesto y responsable de financiar estudios GOF en Wuhan) aparecen hasta arriba en una lista de beneficiarios de una beca de investigación millonaria (USD $82 millones) otorgada por el NIAID de Anthony Fauci en agosto de 2020 (ya bien entrados en pandemia).[18]

 

Esta complicidad de los altos funcionarios estadounidenses con el Instituto de Virología de Wuhan deja muy claro su motivación para ningunear el lab leak como ‘teoría de conspiración’ (léase: locura paranoica).

 

¿Y los grandes periodistas? En la interpretación más generosa, como dijimos, son incompetentes, y se contentaron con corear—en vez de investigar—las afirmaciones de los científicos liderados por Andersen y Daszak, quienes, sostenidos por la autoridad de las revistas médicas y científicas más importantes del mundo, acusaron ‘teoría de conspiración.’

 

Pero, ¿qué explica el comportamiento de los otros científicos que firmaron esos manifiestos? Según Wade, tienen que mantener buenas relaciones con los funcionarios que aprueban sus becas millonarias de investigación, y no querían ser investigados y/o castigados por su trabajo aumentando virus. Según reporta Tufekci, empero, varios han considerado prudente ahora voltear su postura, y están pidiendo se investigue al laboratorio de Wuhan.

 

Y también el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha considerado prudente dar un giro de 180 grados, reporta NPR. Antes,

 

  • “Tedros repetidamente elogió a China por su velocidad y transparencia, aunque altos funcionarios de la OMS se quejaran internamente de la ofuscación de sus contrapartes chinos.”

 

Pero ahora Tedros

 

  • “dice que hubo un ‘empuje prematuro’ para descartar la teoría de que el virus pudiese haber escapado de un laboratorio del gobierno chino en Wuhan … ‘Yo fui técnico de laboratorio, soy inmunólogo, y he trabajado en laboratorio, y los accidentes suceden,’ dijo Tedros. ‘Es común.’ ”[19]

 

¡Chispas!

 

Quedan, empero, muchas preguntas. Una es:


¿Por qué demonios se hacen investigaciones de aumento de función (GOF – gain of function)?

 

Es decir: ¿por qué se financia desde lo alto—con los impuestos de la gente—el trabajo de hacer a los virus más contagiosos y letales contra los seres humanos? Según la justificación oficial, es para investigar la posible evolución futura de los virus y así estar preparados en caso de pandemia.

 

Pero Nicholas Wade observa que, a la fecha, las investigaciones GOF no han aportado beneficio alguno—ni uno solo—para control de pandemias; y, por el contrario, sí parecen habernos causado una pandemia global que ya nos ha costado—por mencionar tan solo uno de sus costos—4 millones de vidas y contando (según cifras oficiales).

 

Cabe entonces preguntar: ¿Sería que en realidad dichas investigaciones GOF se hacen con fines de guerra biológica?

 

Parece haber cierta resistencia a tocar esta pregunta. Y es tan fuerte la resistencia que algunos autores caen en absurdos. Por ejemplo, Zeynep Tufekci escribe que

 

  • “el secretismo y encubrimiento [del gobierno chino y de Zhengli-Li Shi] han propiciado teorías agitadas—por ejemplo, que el virus [SARS2] escapó de un laboratorio de armas biológicas, lo cual tiene poco sentido…—”

 

¿Poco sentido? ¿Teorías agitadas? ¿Por qué? ¿Ya borramos de la memoria todo el siglo 20?

 

El Partido Comunista Chino ha oprimido y purgado a los chinos con un terror inconcebible (véanse las bajas en decenas de millones del Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural, por no mencionar los crímenes anteriores de Mao Zedong, narrados con detalle por Chang & Halliday).[20] En el momento presente, China está construyendo silos nucleares a toda velocidad y hace poco amenazó destruir a Japón con un ataque nuclear.[21] No es tan difícil imaginar el interés que pudieran tener los comunistas chinos en las armas biológicas.

 

Pero al parecer esto no puede decirse en el Big Media. El propio Nicholas Wade, gracias a quien ya pueden pronunciarse las palabras lab leak, escribe:

 

  • “Las autoridades centrales chinas no generaron el SARS2, pero sí hicieron todo lo que pudieron para ocultar la naturaleza de la tragedia y la responsabilidad de China en ella.” (énfasis mío)

 

¿A qué viene la primera frase (la que recibe mi énfasis)? Es incoherente, pues en un laboratorio BSL-4, el caso de Wuhan, no puede hacerse nada sin la supervisión del gobierno totalitario chino.

 

A diferencia de Wade y Tufekci, un documento oficial del Departamento de Estado de EEUU, fechado 15 de enero de 2021 y publicado en línea, afirma que los militares chinos supervisaban las investigaciones en Wuhan, que bien pudieran ser para desarrollo de armas biológicas.

 

  • “El secretismo y la opacidad son prácticas estándar para Pekín. Durante muchos años Estados Unidos ha sonado la alarma sobre el anterior trabajo en materia de armas biológicas realizado en China, mismo que Pekín no ha documentado ni tampoco demostrablemente eliminado, no obstante sus obligaciones claras bajo la Convención sobre Armas Biológicas [BWC, por sus siglas en ingles].
  • Pese a que el WIV [Wuhan Institute of Virology] se presenta como institución civil, Estados Unidos ha establecido que el WIV ha colaborado en publicaciones y proyectos secretos con los militares chinos. El WIV ha realizado investigaciones secretas—incluyendo experimentos de laboratorio con animales—para los militares chinos desde 2017, por lo menos.
  • Estados Unidos y otros donantes que financiaron o colaboraron con las investigaciones civiles en el WIV tenemos el derecho y la obligación de establecer si algunos de nuestros fundos fueron desviados para proyectos militares secretos chinos en el WIV.”[22]

 

Pero hay algo muy raro en este documento del Departamento de Estado. Porque no hacían falta los mejores servicios de inteligencia del planeta, que para colmo EEUU los tiene—incluyendo, por supuesto, al propio Departamento de Estado—, para sospechar que el gobierno chino había estado desarrollando armas biológicas en el Instituto de Virología de Wuhan. ¿Por qué entonces habría EEUU de enviar financiamiento y colaboración a dicho Instituto para ‘aumentar’—hacer más letales contra la gente—los virus de murciélago?

 

 

¿Sería que el Departamento de Estado—con su pose ofendida—nos toma por idiotas? No permitamos eso. Hagamos las siguientes preguntas:

 

  • ¿Acaso EEUU también desarrolla armas biológicas?;
  • ¿Para eso ha estado colaborando EEUU con los chinos en el laboratorio de Wuhan?

 

Considero estas preguntas en mi siguiente artículo.

 

Por Francisco Gil-White

 

Francisco Gil-White, antropólogo político, es el investigador más citado del ITAM (Instituto Tecnológico Autónomo de México).

[1] https://www.youtube.com/watch?v=ZMGWLLDSA3c&t=35s

[2] ‘Opinion: State Department cables warned of safety issues at Wuhan lab studying bat coronaviruses’; The Washington Post; 14 April 2020; by Josh Rogin
https://www.washingtonpost.com/opinions/2020/04/14/state-department-cables-warned-safety-issues-wuhan-lab-studying-bat-coronaviruses/

[3] ‘EXCLUSIVE: Coronavirus Expert Says Virus Could Have Leaked From Wuhan Lab’; The Daily Caller; 2 April 2020; by Andrew Kerr
https://dailycaller.com/2020/04/02/coronavirus-leaked-wuhan-institute-virology-richard-ebright-shi-zhengli/

[4] ‘How China’s ‘Bat Woman’ Hunted Down Viruses from SARS to the New Coronavirus’; Scientific American; 1 June 2020, by Jane Qiu
https://www.scientificamerican.com/article/how-chinas-bat-woman-hunted-down-viruses-from-sars-to-the-new-coronavirus1/

[5] ‘The origin of COVID: Did people or nature open Pandora’s box at Wuhan?’; Bulletin of the Atomic Scientists; 5 May 2021; by Nicholas Wade
https://thebulletin.org/2021/05/the-origin-of-covid-did-people-or-nature-open-pandoras-box-at-wuhan/

[6] ‘Facebook and Instagram Flag Tucker Carlson Virus Posts’; The New York Times; 16 September 2020; by Tiffany Hsu
https://www.nytimes.com/2020/09/16/business/media/facebook-instagram-tucker-carlson-virus-posts.html

[7] ‘Opinion | Where Did the Coronavirus Come From? What We Already Know Is Troubling’; The New York Times; 25 June 2021; by Zeynep Tufekci

https://www.nytimes.com/2021/06/25/opinion/coronavirus-lab.html

[8] https://thebulletin.org/biography/nicholas-wade/

[9] ‘¿Nos ha vuelto racistas la izquierda?’; Voces; 16 noviembre 2020; por Francisco Gil-White
https://vocesmexico.com/voces-tematicas/politica/nos-ha-vuelto-racistas-la-izquierda-francisco-gil-white/

[10] https://en.wikipedia.org/wiki/McCarthyism

[11] Andersen, K. G., Rambaut, A., Lipkin, W. I., Holmes, E. C., & Garry, R. F. (2020). The proximal origin of SARS-CoV-2. Nature medicine, 26(4), 450-452.
https://www.nature.com/articles/s41591-020-0820-9

[12] Menachery, V. D., Yount, B. L., Debbink, K., Agnihothram, S., Gralinski, L. E., Plante, J. A., ... & Baric, R. S. (2015). A SARS-like cluster of circulating bat coronaviruses shows potential for human emergence. Nature medicine, 21(12), 1508-1513.
https://www.nature.com/articles/nm.3985

[13] Calisher, C., Carroll, D., Colwell, R., Corley, R. B., Daszak, P., Drosten, C., ... & Turner, M. (2020). Statement in support of the scientists, public health professionals, and medical professionals of China combatting COVID-19. The Lancet, 395(10226), e42-e43.
https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2820%2930418-9/fulltext

[14] ‘Experts debunk fringe theory linking China’s coronavirus to weapons research’; The Washington Post; 29 January 2020; by Adam Taylor
https://www.washingtonpost.com/world/2020/01/29/experts-debunk-fringe-theory-linking-chinas-coronavirus-weapons-research/

[15] https://en.wikipedia.org/wiki/Galveston_National_Laboratory

[16] ‘U.S. Probes University of Texas Links to Chinese Lab Scrutinized Over Coronavirus’; The Wall Street Journal; 1 May 2020; by Kate O’Keeffe
https://www.wsj.com/articles/u-s-probes-university-of-texas-links-to-chinese-lab-scrutinized-over-coronavirus-11588325401

[17] https://www.youtube.com/watch?v=2MndwrOzDvo

[18] ‘NIH establishes Centers for Research in Emerging Infectious Diseases’; NIH: News Releases; 27 August 2020
https://www.nih.gov/news-events/news-releases/nih-establishes-centers-research-emerging-infectious-diseases

[19] ‘The WHO’s Chief Says It Was Premature To Rule Out A Lab Leak As The Pandemic's Origin’; National Public Radio (Associated Press); 15 July 2021
https://www.npr.org/2021/07/15/1016436749/who-chief-wuhan-lab-covid-19-origin-premature-tedros

[20] https://en.wikipedia.org/wiki/Great_Leap_Forward#Methods_of_estimating_the_death_toll_and_sources_of_error
https://en.wikipedia.org/wiki/Cultural_Revolution#Death_toll
Halliday, J., Chang, J. (2011). Mao: The Unknown Story. United Kingdom: Knopf Doubleday Publishing Group.

[21] ‘China Bolsters Its Nuclear Options With New Missile Silos in a Desert’; The New York Times; 2 July 2021; by Stephen L. Myers
https://www.nytimes.com/2021/07/02/world/asia/china-missile-silos.html

‘China threatens to nuke Japan over Taiwan in video played on CCP-sanctioned channel’; FOX NEWS; 19 July 2021; by Peter Aitken
https://www.foxnews.com/world/china-nuke-japan-taiwan-video-ccp-channel

[22] ‘Fact Sheet: Activity at the Wuhan Institute of Virology’; Department of State: Office of the Spokesperson; 15 January 2021
https://2017-2021.state.gov/fact-sheet-activity-at-the-wuhan-institute-of-virology/index.html

 

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