Antes de llevarse el agua de la Presa Madín a la Ciudad de México, primero se deben satisfacer las necesidades de las comunidades de Atizapán, Naucalpan y Tlalnepantla, que reciben el suministro del embalse, en donde se enfrentan graves problemas de escasez, aseguraron representantes de la Comisión de Cuenca.
El gerente del organismo, Eduardo Espinosa Medel, señaló que en el largo plazo “resulta imposible” llevarse el agua de esta presa a la alcaldía Iztapalapa, como lo plantea el proyecto anunciado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el Estado de México y la CDMX, ya que es necesario terminar un tramo de 60 kilómetros de ductos del Acuífero de la Zona Metropolitana.
Lo que sí consideró viable la Comisión de Cuenca fue la instalación de una nueva planta potabilizadora en la presa, así como de modernizar la que opera actualmente, pues ya está obsoleta, con el fin de reducir los altos niveles de contaminación del agua.
PUNTOS CLAVE
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A la Presa Madín llega agua de los ríos de Tlalnepantla y San Juan.
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El agua contiene metales como aluminio, fierro y mercurio.
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La actual planta potabilizadora opera con tecnología de 1972.
Espinosa Medel, también especialista ambiental de la UNAM, destacó que desde 2016 la Comisión de Cuenca ha presentado ante la Conagua denuncias por 16 descargas clandestinas de aguas negras de fraccionamientos de Atizapán y Jilotzingo.
Sin embargo, la Conagua no ha realizado las visitas de inspección, conforme lo marca la normatividad.
Las principales descargas ilegales provienen de: Lomas Verdes, la Concordia, Zona Esmeralda y Nuevo Madín, a través de los ríos Tlalnepantla y San Juan.
“Les estamos pidiendo esas visitas de inspección a esas descargas; si solucionamos esos cinco puntos, tendremos resuelto 80 por ciento de los contaminantes”, afirmó Eduardo Espinosa.
En tanto, Xiomara Trujillo, especialista en aves, dijo: “No tenemos agua suficiente para quienes estamos cerca de la presa, y la poca que hay está contaminada; es una tomada de pelo el que sigan sin reparar las descargas ilegales y autorizando talas”.
Por Leticia Ríos
PAL