MENTE MUJER

Mente Mujer: Reclaman justicia por mujeres atacadas con ácido

A las autoridades se les pide apoyo psicológico, médico y legal para las víctimas de esta violencia; que tipifiquen el delito a nivel nacional y den mayores sentencias a los agresores, sin ningún tipo de beneficio durante el proceso

NACIONAL

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MENTE MUJER. Mujeres exigen justicia. Foto: Especial
MENTE MUJER. Mujeres exigen justicia. Foto: EspecialCréditos: Especial

El 20 de febrero de 2014, a las 8:05 horas, Efrén me marcó por completo, el ataque con ácido no sólo me quemó la piel, paralizó mi vida, la vida de mis hijas, la de mi familia y han sido siete años de lucha”, relató en entrevista María del Carmen Sánchez.

Estaba en casa de su mamá, ya había denunciado dos veces a su expareja por delito sexual y sustracción de menor, pero las autoridades minimizaron esas amenazas y sólo quedaron como denuncias de hechos.

El hombre le preguntó si le daría otra oportunidad y María del Carmen respondió que no.  “Entonces su respuesta fue que, si ya no iba a estar con él, no iba a estar jamás con nadie”, Efrén “N” la atacó y daño su rostro, brazos, tórax, pecho y pierna.

La primera atención la recibió en el Hospital Magdalena de la Salinas del IMSS, ahí l sometieron a 50 cirugías, le colocaron injertos de distintas partes de su cuerpo; con el tiempo ya no tuvo el apoyo del Instituto porque las intervenciones quirúrgicas fueron catalogadas como estéticas y no primordiales. 

“Perdí el servicio, me quedé dos años sin cirugías, hasta que vuelvo a trabajar y conseguir la atención médica del ISSSTE es como mi tratamiento se reactiva”. En total lleva 61 cirugías realizadas, otras las ha pagado gracias a los apoyos solidarios.

La lucha por recibir un tratamiento no fue la única, también con la justicia, que tardó siete años para que ejecutarán la orden de aprehensión y su agresor fuera vinculado a proceso por feminicidio en grado de tentativa. Y aunque hace unos días la audiencia se difirió porque el agresor interpuso dos amparos, Carmen confía en que pronto se le dé una sentencia justa y se le repare integralmente el daño.

Carmen levantó la voz y en 2021, formó la asociación civil que lleva su nombre y desde ahí se considera a los ataques con ácido como “un tipo específico de violencia feminicida que atenta contra la vida, la integridad y la libertad de las mujeres”.

En la asociación se habla de violencia feminicida, porque “la letalidad de las sustancias empleadas, aunado a la ineficacia de modelos de atención especializada, medidas de protección, a la impunidad social y del Estado, pueden desembocar en un asesinato u otras formas de muer-
te violenta contra las mujeres”.

La agrupación también exige a las autoridades visibilizar la gravedad y complejidad de los ataques con ácido, un delito que no se encuentra tipificado en la mayoría de los códigos penales.

LAS VÍCTIMAS SON PRIMERO

Carmen Sánchez, junto con Ximena Canseco, investigadora independiente, han decidido acompañar a las víctimas. Juntas crearon la Fundación Carmen Sánchez que guarda un registro de 28 casos de ataques con sustancias químicas, 22 mujeres sobrevivieron.

En entrevista para MENTE MUJER, Canseco detalla que 50 por ciento de los ataques fueron cometidos por las parejas o exparejas, pero en un 85 por ciento de los casos, la víctima y el victimario se conocían o incluso había una relación de confianza de por medio.

Como el caso de Martha, que su exyerno le arrojó ácido en la cara y cuerpo; es el único caso con sentencia.

En todos los expedientes que se documentaron desde la Fundación, los ataques con ácido fueron el “desenlace de un cúmulo de violencias machistas que las mujeres tuvieron que padecer. El objetivo de estos crímenes: mantener y profundizar la desigualdad y opresión”.

“En los testimonios hay un odio profundo a las mujeres, se dan en el contexto de la desigualdad, son el desenlace de una cultura donde domina las costumbres machistas”, dijo Canseco.

Aseguró que no van a descansar hasta que las autoridades brinden apoyo psicológico, médico y legal a las víctimas, tipifiquen el delito en los códigos penales de los estados de forma autónoma; y den mayores sentencias e impulsen la prevención de esta violencia a través de campañas educativas.

Por su parte, Carmen afirmó que sus sueños cambiaron y hoy lucha por “la libertad de mis hijas, de mis compañeras que han vivido esta violencia, darles a las víctimas las herramientas y apoyarlas para que tengan acceso a todas las cirugías que necesitamos, a la asesoría legal que no tuvimos. Esto representa la Fundación que llegó con esta desgracia que tuve”.

PAL