En la cima de una colina, cerca del famoso Penal de Barrientos, perdido entre fábricas de cemento, bodegas de grandes empresas, unidades habitacionales y filas de autos que se dirigen a Tultitlán y Cuautitlán, se halla un castillo, que siempre hace voltear.
Se le conoce como el Castillo del Santo, porque este famoso actor y luchador mexicano lo utilizó como locación para su películas, pero en realidad la historia va mucho más allá.
Ha sido la tradición oral, y los cronistas de la zona, quienes se han encargado de preservar su historia y es que ahora, este castillo que según se cuenta data del siglo XVII y ahora desencaja totalmente con la prisión y las oficinas de la Subprocuraduría Regional Tlalnepantla.
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El Robin Hood de Barrientos
Don José Barrientos, se cuenta, era una especie de Robin Hood, pues asaltaba las diligencias del Camino Real, para repartir en botín entre lo pobres de la zona.
En los terrenos aledaños se cosechaba y se aprovechaban las aguas de la laguna, que se encontraba en lo que hoy es Izcalli del Valle, una zona de fábricas, bodegas y casas habitación.
Se sabe que el Castillo de Barrientos ( de don Pedro), fue abandonado luego de la Independencia de México.
Además, se cuenta que en 1847, cuando las tropas de Estados Unidos marchaban rumbo a Chapultepec, los soldados lo confundieron con y estaban dispuestos a atacarlo, hasta que confirmaron que no se trataba de su objetivo y continuaron su marcha.
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Castillo Barrientos. Foto: Facebook Yo Amo Barrientos[/caption]
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Penal de Barrientos. Foto: Cuartoscuro[/caption]
Modificaciones
A su lado se construyó la escuela de la policía, por lo cuál el inmueble sufrió modificaciones, además, el lago que lo rodeaba, es decir el de Izcalli, fue secado para que el trazo del ferrocarril que ordenó Porfirio Díaz, no se viera afectado.
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Las aguas de este cuerpo se dividieron y se formó una Quebrada, entre ellas y el tren, de hecho a esa zona aún se le conoce por este nombre.
Su ubicación está justo entre la vía Gustavo Baz y lo que comienza a ser la av López Portillo, en Tlalnepantla, no es posible transitar la zona y no voltear a verlo y preguntarse ¿eso qué es?
Por Redacción Digital El Heraldo de México
psc