Este lunes, el gobierno de Atizapán puso en funcionamiento el puente vehicular San Mateo, con el cual, planea mejorar la movilidad de más de 100 mil habitantes del municipio, Tlalnepantla, Nicolás Romero y Cuautitlán Izcalli, que cruzan por la zona, todos los días.
La obra que inició en septiembre del año pasado, fue rechazada por varias comunidades de la zona, quienes realizaron varias manifestaciones, para expresar su negativa.
De acuerdo con la alcaldesa Ruth Olvera Nieto, luego de un estudio de vialidad realizado en la localidad, se arrojaron más de 20 puntos de conflicto vehicular.
La inversión que realizó el municipio en el puente vehicular, fue de sumó 87 millones de pesos, considerando el proyecto ejecutivo, obra inducida y trabajos complementarios.
El puente tiene una extensión de 320 metros lineales y cuenta con dos carriles de 3.5 m de ancho cada uno, con iluminación ecológica led a través de 10 lámparas con fotoceldas.
Se trata de un proyecto integral
La presidenta municipal dijo que se trata de un proyecto integral, bien planeado para el municipio, que presenta un atraso de más de 20 años en infraestructura urbana.
“La obra respetó viviendas, comercios, elementos emblemáticos y arquitectura del entorno.
"Además de que dará mayor movilidad, el proyecto incluyó el mejoramiento de la imagen urbana de la zona con iluminación, bacheo, reparación de banquetas y fuentes, reforestación y mantenimiento en jardines de la parroquia y drenajes”.
El paso vehicular fue construido de avenida Paseo de los Gigantes hacia Lomas de la Hacienda, evitando la intersección de la Avenida Juárez y Calzada San Mateo, terminando con los asentamientos vehiculares en el lugar.
La alcaldesa aseguró que su gobierno seguirá trabajando para reactivar la economía local.
Por Leticia Ríos