Los odontólogos clínicos son el grupo de más alto riesgo después del cuerpo hospitalario que atiende a pacientes con COVID-19, por lo que deben reforzar las medidas de protección y prevención, aseguró Laurie Ann Ximénez-Fyvie, de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.
Resaltó que los cuidados con sus pacientes y con ellos mismos deben ser adicionales a los que la comunidad o el gremio médico emprenden, debido a su exposición a gotas o microgotas de saliva (indetectables a la vista convencional), al contacto frecuente con superficies y la generación de aerosoles bucales.
Es necesario que los profesionales de la salud bucal atiendan a sus pacientes vía remota, pues todos deben considerarse posibles portadores del nuevo coronavirus, aunque no tengan síntomas. Además, “la atención odontológica debe limitarse a sólo emergencias, por lo menos hasta que el primer brote de la pandemia ceda”, subrayó la titular del Laboratorio de Genética Molecular de la FO.
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En caso de ser necesaria una consulta, debe ir solamente el paciente, portar cubrebocas y tener un distanciamiento de por lo menos dos metros de distancia con otros asistentes, aunque lo ideal es que en la sala de espera haya sólo uno a la vez; además, esos espacios deben prepararse con los objetos indispensables, como los asientos.
Recomendaciones específicas
La académica pidió a los dentistas limpiar a profundidad las superficies en los consultorios, con sustancias que contengan alcohol o hipoclorito de sodio, así como cubrirlas con barreras plásticas.
También, solicitar al paciente, previo a la consulta, enjuagar su cavidad bucal durante un minuto con peróxido de hidrógeno al uno por ciento.
De igual manera, utilizar equipo de succión de alta potencia, y equipo de protección personal, como guantes, lentes de protección, cubrebocas N95, caretas de protección y batas desechables de aislamiento, hasta la rodilla.
Con información de la UNAM
lhp