Jorge Alci-bíades García Lara comenzó a sentir dolor de cabeza y un leve resfriado la noche del lunes 16 marzo. Tres días antes, estuvo en una boda en Mexicali, Baja California; volvió a la CDMX para acudir a las sesiones de San Lázaro, donde trabaja como diputado por MC.
El martes 17 le hicieron una prueba de influenza; salió negativa; el siguiente análisis —el 23 de marzo— se lo hizo un laboratorio privado. Un exudado de garganta y fosas nasales confirmaría, dos días después, su temor: positivo para COVID-19.
"Los síntomas van de cuerpo cortado, temperatura y un poco de tos. Dicen que tardan en desarrollarse 14 días, pero yo, entre lunes y miércoles, ya tenía dolor y temperatura", indicó el diputado en entrevista con El Heraldo de México.
Está aislado desde el 25 de marzo. Comparte habitación con su esposa; sus hijas están en su propio cuarto. "Mi esposa y yo convivimos con mascarillas. Ella se hizo la prueba. Hoy se la entregan", dijo.
Para García es difícil saber dónde se contagió. Estuvo en Londres el 27 de enero, enviado por la Comisión de Infraestructura, cuando aún no se detonaba la emergencia.
Y aunque su estado de origen es Baja California, el aislamiento lo vive en la CDMX.
"Como ya me sentía mal, decidí no acudir a las sesiones de la Cámara del 18 y 19 de marzo", explicó.
Pero una semana antes, sí estuvo trabajando: se reunió con el director jurídico de Fonatur y con el vocal del Fovissste. A través de Tonatiuh Bravo, coordinador de MC en San Lázaro, hizo llegar una lista con todas las personas que tuvo contacto.
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"Yo le recomendaría a los ciudadanos que se guarden tantito. Vamos a evitar que el contagio crezca", concluyo.
Por Nayeli Cortés
lctl