En promedio, 250 menores con quemaduras graves son atendidos en Pediatría del Hospital Civil de Guadalajara cada año, pero sólo tienen seis camas para su atención.
Ariel Miranda, jefe de la Unidad de Niños con Quemaduras del Hospital Civil Juan I. Menchaca, informó que la atención a niños quemados ha crecido 33 por ciento, por lo que el número de camas es insuficiente.
Ante ello, se trabaja desde hace cuatro años en la construcción de un edificio para darles atención especial.
El hospital se encuentra en obra negra y se estima que estará concluido en septiembre.
Para la construcción de este sitio, ya se han invertido 24 millones de pesos, pero faltan otros 50 millones de pesos para su conclusión.
Comentó que siete de cada 10 niños quemados tienen menos de tres años de edad, mientras que los niños de 7 a 12 años suelen quemarse sus extremidades (manos, brazos y piernas) jugando con pólvora.
Se atiende a niños menores de 15 años y son dos grupos con la mayoría de casos: menores de 3 años con quemaduras por escaldadura, y de entre 7 y 12 años por fuego directo, comentó a El Heraldo de México.
El grueso de las víctimas pertenece a familias de escasos recursos que viven en la periferia de Guadalajara.
Cuando un niño sufre daño en su piel, requiere múltiples intervenciones quirúrgicas y tratamiento permanente “toda la vida porque además hay que corregir secuelas físicas y psicológicas después de una quemadura. Hay que renacer, renacer porque cambia su aspecto físico, cambia toda la manera de funcionar, su familia, cambia todo”, añadió el médico. [nota_relacionada id=870443]
POR ADRIANA LUNA
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