El penal del Topo chico cerró definitivamente sus puertas, luego de casi ocho décadas de alojar personas privadas de la libertad. Las personas que aún permanecen en el Topo Chico serán trasladadas al Cereso del municipio de Apodaca
Fue en el mes de diciembre del 2018 cuando Manuel González anunció que los internos serían llevados a otros centros penitenciarios, de manera paulatina, por lo que se extendió hasta la semana pasada.
Este domingo, poco más de cien reclusos recibieron visitas por última ocasión, antes de participar en el acto protocolario encabezado por el Gobierno de Nuevo León.
El gobernador Jaime Rodríguez reiteró que antes de demoler las instalaciones, originalmente creadas para confinar a 3 mil 600 personas, servirá como museo durante 60 días, con visitas guiadas gratuitas.
Posteriormente las diez hectáreas de terreno serán utilizadas para la construcción de un mega parque público en la colonia Morelos, al norte de la ciudad, con una inversión de 50 millones de pesos.
"Vean en qué condiciones están quienes delinquen y tienen que pagarle a la sociedad el daño que hacen. Aquí vivieron. Las familias que vienen a visitarlos se van deprimidas de aquí", dijo el mandatario.
El Penal del Topo Chico fue sitio de múltiples motines, y uno de los más devastadores fue el del 11 de febrero del 2016, cuando fueron asesinados 49 reos, hecho que fue recordado por Rodriguez en su discurso.
Por Gabriela Dimas
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