El presidente del Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Pedro Zamudio, opinó que la desaparición de los órganos públicos locales electorales (Oples) en el país puede significar un retroceso y afectar la calidad de la democracia en el país.
Consideró que la premisa que se ha manejado sobre la presunta carestía de los órganos electorales en México, resulta “falsa”, pues no está comprobado que su desaparición garantice menores costos en la organización de elecciones, ya que “alguien tiene que hacer lo que hacemos nosotros”, señaló.
Dijo que sería un claro retroceso, ya que los Oples, como se les conoce ahora, surgieron precisamente por la falta de estructuras para hacer elecciones de manera profesional.
“El modelo electoral que tenemos en México está desarrollado con base en un cuerpo de profesionales que está dedicado a organizar elecciones. Cuando no teníamos un cuerpo de profesionales, teníamos comisionados, hace 30 años teníamos gente comisionada, funcionarios de gobierno que eran para desarrollar (los procesos)”, sostuvo.
Añadió que “las elecciones se hacían como estaba en la normatividad, pero eso fue justamente lo que motivo a que tuviéramos el modelo que tenemos hoy, profesional, especializado, dedicado expresamente a esto”, puntualizó.
Entrevistado luego de encabezar una sesión del consejo general del IEEM, en la cual se aprobaron incentivos laborales a seis trabajadores del Servicio Profesional Electoral Nacional del organismo, consideró que desaparecer los Oples puede ser un retroceso.
En este sentido, aseguró que más que desaparecer las instituciones electorales en México lo que podría hacerse son cambios en la legislación nacional y las estatales, para reducir los actuales presupuestos que se destinan a los organismos.
Explicó que en reuniones con diputados federales que analizan la propuesta para desaparecer los Oples, él ha propuesto, en su lugar, la realización de reformas que abatirían costos, pero implica temas como urnas electrónicas y modificaciones en plazos para los órganos desconcentrados.
Por María Teresa Montaño