La desesperación embarga a cientos de migrantes cubanos que recurren a polleros para no quedarse retenidos en Tapachula, ante la falta de trámites ante la oficina de regularización migratoria, o a amparos que les permitan transitar en el país.
En el primer trimestre del año, la detención de cubanos aumentó 1061.53 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2018, al pasar de 65 a 755 presentados.
En marzo, se acumularon las solicitudes de regularización. Los extranjeros aseguraron que gestores y abogados cobraban hasta 10 mil pesos por hacer el trámite que, señala el Instituto Nacional de Migración (INM), es gratuito.
“Sólo atendía a quienes pagaban. Los que nos negamos, nos tenían todo el día haciendo filas.”, recordó Michael, un joven cubano que no ha podido salir de esta ciudad.
Tras una trifulca protagonizada por los caribeños, cerraron las oficinas migratorias, el 15 de marzo. A partir de entonces, promueven amparos ante jueces federales para no ser deportados.
El Artículo 11 de la Constitución marca en el primer párrafo que cualquier persona que esté en territorio mexicano tiene la libertad de transitar, pero a partir de la nueva política migratoria comenzaron a restringir el libre tránsito.
Ahora los amparos tienen candados apegados al párrafo segundo de la Carta Magna que dice que las personas extranjeras estarán sujetas a las reglas o normas del INM. “Están obligados a quedarse en Tapachula; la propia Constitución se contradice”, explicó la abogada Selene Ruiz.
Por las noches, decenas de cubanos acuden a las centrales camioneras de Tapachula, para confundirse entre los pasajeros para salir de la ciudad.
Laura se sube al autobús con su esposo y su hijo. A 20 minutos de que la unidad emprende el viaje hacia Tuxtla Gutiérrez, agentes del INM le marcan el alto; dos de ellos suben y se dirigen a la familia: les piden documentos; ellos muestran el amparo. El agente les pide tarjeta o visa humanitaria; tras la negativa los hacen bajar. En las últimas semanas grupos de cubanos han protagonizado 10 motines; en ocho escaparon de las estaciones migratorias de Chiapas, y Oaxaca.
El aumento de migrantes cubanos repatriados coincide con la derogación, en 2017, de la ley pies secos, pies mojados que les garantizaba a residentes de la isla asilo político si tocaban territorio de EU.
Desde mayo de 2016, está vigente un memorando de entendimiento entre México y Cuba, en el que la isla se compromete a recibir a sus ciudadanos con situación migratoria irregular en México.
Los cubanos que han sido deportados desde entonces y son devueltos a sus familias tras recibir las atenciones necesarias, con excepción de aquellos que tengan historial delictivo en la isla.
Por Jeny Pascacio