Michelle Alejandra: la misma mujer, aún sin cérvix

Convencida de que es parte del “sexo fuerte” y su condición de mujer es la misma aún sin cérvix, Michelle Alejandra Vargas Gaitán no dudó en permitir que le extirpan la matriz cuando el cáncer amenazó su aparato reproductor. Tras una biopsia y el antecedente de la enfermedad de su madre, la joven -ahora de 33 años- supo que tenía cáncer, aún sin haber tenido hijos. Salvó su matriz, no el cérvix; pero "mi condición de mujer nunca se vio afectada. Mujer se es, independientemente de si te quitan o te extirpan”. En entrevista con El Heraldo de México, Michelle narró su experiencia al enfrentarse al cáncer y cómo fue que la enfermedad jamás la condicionó para sentirse menos mujer.   [caption id="attachment_478303" align="alignnone" width="720"] Foto: Cortesía[/caption]   "Ser mujer, en muchos sentidos es fortaleza. Eso de que digan que somos el sexo débil no lo creo. Yo no lo creo", expresó muy convencida la Cirujana Dentista por la Universidad Nacional Autónoma de México. "Afortunadamente tengo una familia de puras mujeres, creo que la tarea de nuestra familia ha sido criar a mujeres fuertes. Somos mujeres que han luchado contra algo y hemos salido victoriosas; somos el sexo fuerte de la casa". En 2012, la mamá de Michelle fue diagnosticada con cáncer de mama. Su tumor, aunque era pequeño, fue extirpado. Sin embargo, al ser un cáncer agresivo, fue sometida a quimios y radioterapias. "Los médicos sugirieron que, como somos mujeres, y yo soy su hija la mayor, me realizara exámenes. En aquel entonces yo tenía 26 años, casi 27, me hice el examen de rutina". En uno de esos exámenes le pidieron someterse a una biopsia. Cuando los doctores analizaron la parte interna del corte encontraron un adenocarcinoma invasivo en el cérvix. "Mi condición de mujer nunca se vio afectada. Mujer se es, independientemente de si te quitan o te extirpan. Esa parte no se pierde. Mi vida todo el tiempo fue y ha sido normal".  
Nunca me he sentido incompleta ni menos mujer porque me hayan extirpado el cérvix. Sí creo que hay gente que piensa que el quitarte algo, una parte del cuerpo que solo como mujer tenemos, ya no te hace tan mujer".
  Tras recibir el diagnóstico, fue atendida en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan) y sometida a una Traquelectomía Radical Laparoscópica. "Me comentaron que tenían que hacerme una cirugía para extirparme toda la matriz. Yo les dije que no importa mi edad, no importa que no haya tenido hijos, principalmente era mi salud". La cirugía de aproximadamente nueve horas fue un éxito. Los estudios posteriores salieron limpios. No necesitó ni quimios ni radioterapias. "Ser mujer es una actitud, es una idea de querer serlo", expresó convencida de su fortaleza. SOBRE EL PROCEDIMIENTO En el INCan, en cuestión de un mes, fue programada para cirugía. El jefe de área mostró particular interés en el caso de Michell. "Cuando me dieron el diagnóstico el mundo se me vino completamente abajo. No sé si en ese momento me afectó más a mí por mí o por pensar en mi mamá que precisamente estaba terminando su ciclo de lucha de la enfermedad".   [caption id="attachment_478304" align="alignnone" width="720"] Foto: Cortesía[/caption]   Su médico, Aarón González, le comentó que había una cirugía novedosa que consiste en cortar el cérvix, quitar ganglios y preservar el útero para que después intentara ser mamá. Después de la operación asistió cada cuatro meses al hospital para una revisión de rutina. En 2016 fue invitada por parte del INCan y la Secretaría de Salud a una conferencia de prensa para hablar de los logros obtenidos con este nuevo procedimiento. En ese mismo año, a su mamá le hicieron un estudio para determinar si el tipo de cáncer que sufrió tanto ella como su hija, fue genético; sin embargo, el resultado fue negativo. El padecimiento que afectó a ambas fue una coincidencia. Después de superar el cáncer, Michell afirma sentirse "verdaderamente realizada tanto personal como profesionalmente". Actualmente en el INCan se aplican con éxito tratamientos para el cáncer de cérvix, en mujeres en edad reproductiva, que les permite preservar la fertilidad. Este tratamiento -traquelectomía radical- no es invasivo como el tradicional donde se extirpa el cuello del útero por vía abdominal, sino que consiste en pequeñas incisiones que reducen el tiempo de recuperación de la paciente, las molestias postoperatorias y el riesgo de que el tumor se vuelva a desarrollar. En la actualidad las mujeres retrasan la maternidad hasta después de los 30 años, lo que aumenta las probabilidades de que coincida con el diagnóstico de cáncer del cuello uterino o que el tumor se desarrolle antes del embarazo. Por tanto, este tratamiento es una opción para preservar la fertilidad. El cáncer es la tercer causa de muerte en México; al año se diagnostican 148 mil casos y se estima que en 2025 la cifra se incrementará a 220 mil, de acuerdo con la Fundación Salvati A.C.   [caption id="attachment_478305" align="alignnone" width="720"] Foto: Cortesía[/caption]   Por RAMÓN ALFARO jram
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