Ellas, en un mundo de hombres: PDF

La lucha por la democracia y la justicia de las mujeres de 1968 tuvo distintos rostros, desde las labores auxiliares en los campamentos universitarios hasta dirigir discursos y generar iniciativas para la difusión de ideas y recolecta de recursos a favor de los huelguistas. En el año marcado por los movimientos de los jóvenes en el mundo, México contaba con 24 millones 107 mil mujeres, de las cuales 13 millones 201 mil tenían más de 16 años; 154 mil cursaba la vocacional y sólo 665 mil 448 estudiaban una carrera. En la UNAM, 22.8 por ciento de la plantilla estaba integrada por mujeres, basta con decir que en ingeniería había 31 estudiantes del sexo femenino y seis mil 842 eran varones. Pese a la diferencia numérica y la ideología conservadora de la época, en que las chicas pedían permiso para participar en las actividades, salieron a las calles y alzaron la voz. De hecho, dos mujeres llegaron al Consejo Nacional de Huelga (CNH): Roberta Avendaño e Ignacia Rodríguez. En el ámbito profesional, la profesora Ifigenia Martínez no sólo se caracterizó por solidarizarse con los estudiantes, también fue la primera economista de México y la primera mujer en dirigir la Escuela Nacional de Economía de la UNAM. En el 68, 17.61 por ciento de las mujeres estaba en edad de trabajar, es decir dos millones 649 mil, casi un millón 500 mil se desempeñaban como obreras y 166 mil 923 eran empresarias. Dentro de las familias, las madres enfocadas en su mayoría en el cuidado del hogar, también tuvieron su participación al permitir a sus hijos repartir propaganda y exclamar discursos, y, cuando fue necesario, salieron a marchar. “En el Movimiento había más hombres que mujeres, porque la familia te cuidaba más. Los hombres se podían quedar a dormir ahí en la prepa, y una mujer, imposible; al menos así fue mi caso. Todavía estamos en una sociedad machista, pero más en ese entonces” expone Claudia Rincón Gallardo, quien participó en el Movimiento, en una entrevista retomada en el libro “De la filantropía a la rebelión”, de Gloria Arminda Tirado. El mundo estaba cambiando, surgió la píldora anticonceptiva e inició el feminismo. Rosario Castellanos y Angela Davis marcaban una época de revolución ideológica a favor de las mujeres y su participación en la sociedad. Así como llegaban tendencias de moda, de la inspiración de Chanel y Carolina Herrera, arribaron a México los vientos de libertad y frescura arropado por los jóvenes con la frase “Todo es posible en la paz”. En la televisión mexicana Sara García proyectaba a una mujer de carácter fuerte, pero el símbolo de la unión familiar y proteccionismo; Angélica María reflejaba una imagen de una rebelde angelical que se convertía en la primera artista mexicana en conquistar América Latina. En el mundo, Brigitte Bardot era un símbolo sexual. Todas estas influencias se mezclaban con las melodías de protesta de Mercedes Sosa, las jóvenes mexicanas vivían su momento, se estremecían con la idea de heredar un país más justo a las próximas generaciones en un contexto en que los hombres tomaban las principales decisiones políticas y económicas en México y el mundo. Estas son las mujeres que inspiraban en esa época.
Por NANCY BALDERAS
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