A pesar de la estrategia de seguridad anunciada por las autoridades de la UNAM y del gobierno capitalino, El Heraldo de México constató que la venta de droga se mantiene en Ciudad Universitaria.
Ayer, cerca de las cinco de la tarde, en la zona conocida como Los Bigotes, un reportero gráfico de esta casa editorial se percató de que un individuo abordó a transeúntes para ofrecer marihuana. Tras ser rechazado, otras dos personas llegaron con una bolsa para que el mismo hombre les suministrara el producto que ofrecía.
La compraventa de drogas se llevó a cabo a escasos 50 metros de donde se encontraba estacionada una patrulla de vigilancia de la UNAM, y cuyos vigilantes no actuaron para detener la transacción.
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El plan de seguridad diseñado para los campus de la UNAM quedó rebasado desde su confección, debido a que el combate al comercio de estupefacientes es la última de las 10 prioridades que lo componen.
En su informe de agosto de 2017, la Comisión Especial de Seguridad del Consejo Universitario estableció una decena de acciones encaminadas a mejorar la seguridad al interior de los campus y planteles de la institución.
Entre ellas, “continuar el combate permanente a la venta de droga dentro de las instalaciones”, sin embargo, esta estrategia no ha funcionado, e incluso ha llegado a niveles nunca vistos como la presencia de armas dentro de las instalaciones universitarias.
Las medidas prioritarias consisten en: mantener la vigilancia permanente en las inmediaciones y en los accesos a las instalaciones universitarias, extender y reforzar la iluminación en distintas zonas, ampliar el número de cámaras de seguridad en los espacios identificados como vulnerables, instalar nuevas y modernas bases de vigilancia, ubicar botones de emergencia en todos los puntos que sean determinados por las comisiones locales de Seguridad.
Además de reforzar controles de seguridad en accesos y salidas en las sedes, controlar el ingreso a taxis sin pasaje, mejorar la seguridad en el transporte dentro de los campus, incrementar la vigilancia y el patrullaje por las noches en las instalaciones.
El viernes por la tarde, dos narcomenudistas de 20 y 29 años tuvieron una riña, en la cual fueron baleados. Murieron en el traslado a un hospital. Uno de ellos ya tenía antecedentes penales por delitos contra la salud.
Incluso, en el mismo documento, la UNAM reconoce la existencia del consumo de drogas dentro de sus instalaciones, pero su combate es la última de sus prioridades.
El jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, sostuvo que el combate al narcomenudeo se trata de una lucha que data desde 2002 y que no existen indicios para asegurar que los detenidos por la riña que dejó dos muertos son del cártel de Tláhuac.
Por su parte, el jefe general de la policía de investigación de la Procuraduría local, Raúl Peralta, dio a conocer que el 85 por ciento de los narcomenudistas de CU viven a uno o dos kilómetros de este campus.
POR DIANA MARTÍNEZ, CARLOS NAVARRO Y MANUEL DURÁN