Faltaban pocos minutos para las seis de la tarde, pero el padre peregrino, como él mismo se llama, ya se encontraba en el campamento de damnificados de la Colonia Doctores.
[caption id="attachment_194555" align="alignnone" width="1024"] Foto: Bernardo Coronel[/caption]
El camino del padre Alejandro Solalinde lo trajo hasta la Ciudad de México para solidarizarse con aquellos que perdieron su hogar el pasado 19 de septiembre a consecuencia del sismo de 7.1 grados.
[caption id="attachment_194557" align="alignnone" width="1024"] Foto: Bernardo Coronel[/caption]
Las personas, la mayoría mujeres, se acercan una a una para saludarlo, él amable, atiende a cada una. Mientras los últimos rayos de luz recorren las agrietadas torres del edificio Osa Mayor de 14 niveles, Solalinde se coloca sus hábitos en medio de la calle y pide permiso para comenzar sus alabanzas.
[caption id="attachment_194553" align="alignnone" width="1024"] Foto: Bernardo Coronel[/caption]
El párroco sin parroquia tiene una voz suave, pero no duda en alzarla contra la injusticia, y se pronuncia contra un gobierno que no brinda soluciones concretas para este tema como en tantos otros.
[caption id="attachment_194549" align="alignleft" width="300"] Foto: Bernardo Coronel[/caption]
Durante el transcurso de la ceremonia, a espaldas del sacerdote , aún hay vecinos que vuelan sus pertenencias desde el piso siete, por el espacio que alguna vez ocupó una ventana, un chico y su madre bajan primero una lavadora y después un sofá, por las escaleras baja un trabajador de mudanza con la puerta del departamento 703 en la espalda, que alguien ha querido salvar en un gesto más romántico que práctico.
La voz del activista promigrante y defensor de derechos humanos suena aún, casi inagotable. Recuerda que no todo está perdido, mientras sobrevivan el amor y la unidad nunca morirá la esperanza.
[caption id="attachment_194547" align="alignnone" width="1024"] Foto: Bernardo Coronel[/caption]
Con la calle ya oscura el padre ofreció la eucaristía para sus fieles, rezaron juntos un pausado padre nuestro y se despidió del centenar de personas que se reunieron en el cruce de doctor Lucio y doctor Navarro. Entonces por un momento, aquellos que lo perdieron casi todo, se sintieron reconfortados.
POR BERNARDO CORONEL
Sábado 18 de Enero de 2025