Los cinco años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto han sido de claroscuros. Inició su administración con acuerdos y con la construcción de reformas estructurales; sin embargo, hoy registra niveles mínimos de aceptación y estos cambios legales aún no repercuten positivamente en la ciudadanía.
El Heraldo de México pidió la opinión de actores políticos y de la academia, quienes coincidieron en que este gobierno arrancó fuerte, con grandes expectativas, a raíz de la creación de reformas de gran calado como la educativa, de telecomunicaciones, fiscal y energética, pero faltan retos por cumplir.
El académico del CIDE, José Roldán Xopa, explicó que, pese a este abanico de reformas, el gobierno sigue teniendo tres pendientes: el combate a la corrupción y a la impunidad, la inseguridad y el poco crecimiento económico.
“Ha habido más oscuros que claros. En los claros está la reforma educativa, la cual ha resultado positiva, porque sí puede cambiar la educación, pero en el tema oscuro destaca la corrupción”, dijo.
Explicó que es contrastante el inicio con lo que hoy es la Presidencia, la cual, desde su opinión, luce desdibujada y en un periodo de debilitamiento.
El politólogo y académico del Tec de Monterrey, José Fernández Santillán, consideró que hay aciertos, pero se sumó a la idea e que el mandatario tiene un problema de popularidad.
También consideró que la administración peñista tuvo al inicio un balance positivo, "en la historia del país jamás la izquierda, derecha y centro se habían puesto de acuerdo”.
Sin embargo, tras la desaparición de los 43 normalistas se desdibujaron estos logros y quedan temas pendientes como la designación del fiscal general y el zar anticorrupción.
"Se acerca 2018 y los acuerdos no van bien... los bajos índices de popularidad, el mal manejo de Ayotzinapa, el gasolinazo, la inseguridad y corrupción de ex gobernadores como los Duarte y Roberto Borge siguen en el ambiente”, dijo.
El senador del PRI Miguel Chico Herrera consideró que el Presidente ha sido valiente en estos cinco años de gobierno, pues se atrevió a llevar a cabo las reformas estructurales.
“Sientan las bases de la modernidad. Ha sido un sexenio que arrancó muy fuerte, se dio el Pacto por México, también se concretaron reformas. El Presidente está cerrando bien su gobierno”, sostuvo.
Para el perredista Jesús Zambrano, el gobierno al inicio manifestó disposición para lograr acuerdos nacionales, pero está terminando muy mal.
“No ha hecho valer todo lo positivo que tuvieron las reformas que salieron del Pacto por México, con excepción de la energética que no salió y que fue la causa de la ruptura... es un gobierno sí de claroscuros que empezó con muchos claros y está acabando con muchos oscuros”, agregó.
El panista Jorge Camacho consideró que la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), el aumento de la pobreza y los índices de inseguridad son pendientes de la administración.
“Es un gobierno con malas calificaciones y eso es evidente”, dijo. Para el ex diputado guerrerense, las reformas que se hicieron eran necesarias, sin embargo, su aplicación y la falta de leyes secundarias han sido un problema sin controlar.
“La reforma educativa se transformó en laboral, la energética ha dejado dudas, es decir, una reforma para el país necesaria, pero mal aplicada", dijo.
Por Francisco Nieto y Ricardo Ortiz