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Acolman frena la explotación de su tezontle

NACIONAL

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A diferencia de los vecinos en Tezoyuca, en el Estado de México, que no logran detener la explotación de tezontle para cimentar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), en Acolman los vecinos generaron un movimiento para impedir la devastación de 660 hectáreas del parque estatal de la Sierra de Patlachique.
Luis David Aguilar Velasco, uno de los dirigentes, explicó que primero se percataron de un contrato irregular por parte del comisariado ejidal de San Mateo Chipiltepec y la empresa Ermher Construcciones, cuyo fin era sacar materiales pétreos del cerro Tezontlale para las obras del Nuevo Aeropuerto. En diciembre de 2015, los habitantes de San Mateo Chipiltepec decidieron establecer guardias de vigilancia para resguardar el cerro. Recientemente, las autoridades ambientales cancelaron la posibilidad de un contrato. “Ese movimiento nos ha permitido ahora aprovechar la zona para realizar actividades comunitarias y así proteger la zona”, dijo. Rememoró que las empresas que construyen la nueva terminal aérea tenían planeado extraer dos millones de metros cúbicos de tezontle. Los integrantes del movimiento #SalvemosTezontla – aseguró– han logrado mucho para dar ejemplo a los habitantes del municipio de Acolman. “No se permitió la explotación de tezontle, no han entrado en operación. Hicimos el ruido suficiente para que no entraran las máquinas. “Hemos hecho recorridos y talleres. Estamos en una zona protegida y por tanto no hay posibilidad, salvo que el presidente Enrique Peña levante el decreto de conservación”, señaló. La zona, dijo, da servicios ambientales a muchas comunidades, incluso agua. “No es lo mismo para los que viven en Tezoyuca, donde hay casas cerca. Eso sí es preocupante. El aeropuerto necesita mucho material y están viendo de dónde lo sacan”, agregó.
   
USO MILENARIO De acuerdo con el investigador del INAH, Leopoldo Rodríguez, el uso del tezontle data desde las culturas prehispánicas del Valle y debido a su abundancia, desde Teotihuacán, hasta Tenochtitlán y Tlatelolco: “Lo encontramos tanto en los rellenos constructivos, escalinatas, fachadas, firmes de los pisos de estuco, banquetas, muros interiores, sistemas de calefacción, receptáculos de ofrendas, así como en los drenajes”, señala en su estudio “La práctica constructiva en la Ciudad de México. El caso del tezontle, siglos XVIII–XIX”.
  Por Manuel Durán

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